Las negociaciones por desde el se han llevado consigo todo tipo de rumores. Desde gigantescas cantidades de dinero hasta trueques donde se incluían a jugadores que lo han dado todo por el club azulgrana, como si estos fueran una simple mercancía. Bueno, el negocio del fútbol así lo hace parecer. Con , la junta directiva comandada por Josep María Bartomeu parece no haber tenido ni un poquito de agradecimiento.

Los planes parecían ser claros. El croata más otro jugador (se barajó desde Ousmane Dembélé hasta Jean-Clair Todibo) para que se abra la puerta para el regreso del crack brasileño a la Ciudad Condal. Como si el talento del todavía futbolista del PSG (que es uno de los mejores del mundo) valiera más que la dignidad de sus colegas. Claro, más allá de las negociaciones y el dinero, lo que cuenta es el aporte futbolístico para Ernesto Valverde, todavía entrenador de los azulgranas.

Es que cuando el ‘Txingurri’ llegó al equipo de Lionel Messi y compañía, ‘Ney’ se despedía. Sí, el ‘11’ ponía rumbo a París para engrandecer al club de los jeques y hacerse un nombre de forma individual sin depender tanto de su amigo –y mejor jugador del mundo– argentino. En ese momento, el exestratega del Athletic Club de Bilbao tuvo que hacer malabares para edificar un proyecto que había dejado de tener a uno de sus pilares más importantes, porque aunque no era el mejor futbolista del equipo, sí que era el primero en iniciar esas transiciones que tanto éxito habían tenido con Luis Enrique.

Fue ahí donde apareció el nombre de Rakitic. El balcánico fue la pieza que necesitaba el entrenador extremeño para encontrar el equilibrio que buscaba tras caer estrepitosamente en la Supercopa de España ante el Real Madrid por un global de 5-1. Cuando todo parecía ir en caída libre para los catalanes, el croata fue el ‘bonus track’ que le daba solidez a un mediocampo que pedía a gritos confianza.

El hombre de confianza

En las dos Liga Santander que han ganado desde que llegó Valverde, el futbolista croata ha disputado 5482 minutos, lo que es lo mismo que 61 partidos de los 76 que significan dos temporadas enteras de la Primera División española. Más que él solo Marc-André Ter Stegen, Gerard Piqué, Jordi Alba, Lionel Messi y Luis Suárez.

Pero es que si con algo ha convencido el volante a su entrenador es con su muy buena disciplina táctica. Basta con señalar que en la selección de Croacia ha jugado incluso de mediapunta (donde encontró su mejor nivel, como en el Sevilla) para entender el sacrificio que significó para Rakitic bajar unos metros en beneficio del equipo demostrando, otra vez, su profesionalismo.

Porque sí, más que un mediocampista llegador como solía ser, Ivan Rakitic se ha convertido en un volante ocupador de espacios. Con Luis Enrique era el encargado de llenar la zona que Messi desocupaba cuando se tiraba por dentro y ahora, con Valverde, se mueve como ese acompañante de Sergio Busquets a la hora de la salida del balón o el que está ubicado metros por delante para ser la opción de pase entrelíneas.

Rakitic es recorrido, pero también calidad técnica. Parece un jugador físico, pero pocos tienen esa visión en el último tercio de la cancha. Para el ‘Txingurri’, el croata es inamovible y su jugador fetiche, pues en él encuentra el sostén que necesita el equipo para no romperse cuando sus delanteros van al ataque o cuando su mediocentro se mete entre centrales para iniciar la salida limpia del balón.

En la presión, el balcánico es el primero en acompañar a los atacantes y el más atento en hacer las vigilancias. No tiene el talento ni el uno contra uno que le pudiese dar Neymar a este equipo, pero sí la solidaridad, el profesionalismo y la calidad para ser un indispensable de un Barcelona que ha dominado el fútbol español en la última década.

►

►

►

►

Tags Relacionados:

NO TE PIERDAS

Contenido de Mag.

Te puede interesar: