Su llanto lo dijo todo. Aquel 5 de marzo, hace a penas algunos meses atrás ante el Ajax por Champions League, salía lesionado y el llanto traspasó a las gradas del Bernabéu no solo por la eliminación del del torneo continental, sino porque perderían -lo sabían- por varias semanas al jugador que les hizo volver a creer en ese equipo que tuvo la peor temporada en décadas, tan solo meses después de haber conquistado por tercera vez consecutiva la 'Orejona'. 

Fue un 'mazazo' para el Madrid y para el propio jugador. Se recuperó físicamente, pero futbolísticamente -hasta ahora- no. Zinedine Zidane decidió no usarlo sino hasta el último encuentro liguero y desde ese momento se supo que le costaría volver a ser aquel que deslumbró y le devolvió la sonrisa -e ilusión- a los madridistas. 

La pretemporada fue más de lo mismo. No recuperó esa banda izquierda que hizo explotar tanto en Flamengo como en el Madrid, sino tampoco logró demostrar que podía pelearle a los consagrados que se mantendrían en el club y aquellos que llegaron, mucho menos convencer del todo a Zinedine Zidane.

Preocupación del Madrid y línea de Zidane

Vinícius Junior sabe que no está jugando bien. Que esa banda derecha que Zidane ha optado para él -con la llegada de Hazard, dueño indiscutible del sector izquierdo, y ahora Bale tras la lesión del galés-, es una especie de criptonita y no ha sumado para que vuelva a ser aquello que el Madrid espera de él.

En la cúpula del Madrid hay incertidumbre y preocupación por la apuesta de Zidane de ubicarlo por ahí, sin haberle dado el tiempo  ni el espacio necesario para que se adapte y acomode su fútbol. Además, para el francés, no es prioridad. Una de las franquicias del club podría venirse abajo por la línea que está imponiendo y siguiendo Zidane. Por lo pronto, los resultados no acompañan y la paciencia se va acabando.

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