La foto de Lionel Messi sacándose la camiseta azulgrana y mostrándola, con su nombre y el '10' a la espalda, al gol sur del Bernabéu para celebrar su tanto número 500 ya se ha convertido en un icono del barcelonismo.
Messi le marcó, en el último minuto de partido, al eterno rival en su propio estadio y logró el 2-3 que dio los tres puntos al Barcelona con los que se reenganchó a la Liga. Ese 23 de abril fue la última vez que Messi marcó en campo del Madrid. Lo hizo por partida doble. El decimotercer y decimocuarto tanto que consiguió en el Bernabéu.
Y es que Messi es el amo del Bernabéu. Nadie ha marcado, en los Real Madrid-Barcelona más goles que él. En 18 partidos, 14 dianas en todas las competiciones, 10 de ellos en Liga, uno más de los que en este torneo logró de local una leyenda del madridismo como Raúl González.
El astro argentino incluso ha marcado más goles en el Bernabéu que en el Camp Nou, donde suma 9 de los 23 tantos que acumula en los 36 Clásicos que ha disputado, entre Liga, Copa del Rey, Supercopa de España y Liga de Campeones.
En ningún otro estadio ha marcado tantos como en Chamartín. El Sevilla es el rival que más ha sufrido la voracidad goleadora de Messi (29), pero solo ha encajado 8 dianas del argentino en el Sánchez Pizjuan, y el Atlético de Madrid, segundo en el escalafón de víctimas del crack rosarino (27), solo ha recibido 12 goles de Leo en el Calderón.
Con los 23 tantos que Lionel Messi lleva en los Clásicos supera en cinco a los que consiguió Alfredo di Stéfano, el segundo en este ránking de goleadores, y en seis a Cristiano Ronaldo, que completa el podio en este apartado.
Marcar de nuevo este sábado podría suponer para él acabar como máximo goleador mundial de 2017, pues llega al último partido del año empatado, a 53 tantos, con Cristiano Ronaldo, con quien se verá las caras sobre el césped, y el delantero del Bayern de Múnich Robert Lewandowski.
Para cualquier otro, jugarse el premio honorífico de ser el máximo artillero del año en el campo del eterno rival sería un reto mayúsculo, pero no para él, porque hace tiempo que el Bernabéu se ha convertido en el jardín de Lionel. EFE