Las autoridades del fútbol de Honduras suspendieron indefinidamente las semifinales del campeonato de primera división por temor a la violencia, como ocurrió la noche del miércoles entre Real España y Marathon en San Pedro Sula (norte), en medio de la crisis política poselectoral.
"No podemos poner en riesgo a nuestros jugadores y aficionados y se ha tomado la decisión de suspender la actividad", dijo a medios locales el secretario de la Liga Nacional de Fútbol Profesional, Roque Pascua.
Anunció que hasta que el ministerio de Seguridad "no garantice la integridad de los protagonistas no hay torneo".
El director de Prevención y Seguridad Comunitaria de la policía, César Mendoza, recomendó en una nota enviada a la Liga que los partidos se reprogramen "debido a la crisis política que está pasando nuestro país".
"Se tiene conocimiento que grupos antisociales pretenden alterar el orden dentro y fuera de las instalaciones de los estadios", aseguró.
La Liga había programado para la noche del jueves el primero de dos partidos del clásico capitalino entre Olimpia y Motagua y el de vuelta el domingo próximo.
En el partido de la llave del clásico de San Pedro Sula (norte), entre Real España y Marathon, la noche del miércoles, miles de aficionados invadieron la cancha del estadio Morazán y fueron reprimidos por policías.
Se jugaba el minuto 70 con marcador de 2-0 en favor de Real España cuando el árbitro le marcó un penal a favor, lo que desató la furia de los aficionados de la escuadra marathonista, cuyos aficionados rompieron un portón e ingresaron al terreno de juego. Luego hicieron lo mismo los del Real España.
El Tribunal Supremo Electoral cambió intempestivamente el resultado de las elecciones celebradas el 26 de noviembre, que favorecía a Nasralla hacia el candidato ofcialista que busca la reelección, Juan Orlando Hernández, haciendo estallar la crisis.