Superada la fase de conmoción y decepción, Italia despertó este martes resignada a la idea de que el Mundial de fútbol que se celebrará en Rusia en 2018 no contará con la Azzurra, por primera vez en 60 años.
El "apocalipsis", "vergüenza": la prensa italiana señaló sin paliativos este martes la decepción que supone la eliminación en el repechaje del equipo tetracampeón del mundo, que se perderá su primer Mundial desde 1958.
El diario Corriere della Sera, el de mayor tirada en Italia, titula "Sin Mundial 60 años después", con la foto del capitán Gianluigi Buffon llorando.
"Un Mundial sin Italia, pero sobre todo una Italia sin Mundial. Adiós a las noches más o menos mágicas, a los espectadores con un pedazo de pizza o una cerveza helada, a la ilusión de tener peso en algo, al menos en el fútbol", escribe Massimo Gramellini en su columna.
"Es una sensación nueva, no tanto por la derrota, sino por el hecho de verse fuera. Es algo diferente, algo que no había comprobado hasta el momento", explica Davide, un habitante de Roma de 30 años.
"Es un día triste. Fue una tragedia desde el punto de vista deportivo. Italia no puede permitirse jugar dos partidos como esos", insiste Romolo, aún no repuesto de la eliminación ante Suecia.
"La verdad es que no nos hemos renovado. Jugadores fuera de serie como Baggio, Del Piero, Totti, ya no los hay", lamenta Carlo.
Varios pilares de la Azzurra, como 'Gigi' Buffon, con 20 años de selección a sus espaldas, anunciaron el lunes por la noche su retirada internacional, pero a otros se les indicará la puerta de salida.
En la calle, en los medios, en las redes sociales, las críticas se centraban en el seleccionador Giampiero Ventura, pero también en el presidente de la Federación (FIGC), Carlo Tavecchio.
La FIGC se reunirá el miércoles en Roma para "hacer un análisis profundo y decidir el futuro" de la Azzurra.
Como recuerda el diario La Repubblica, la derrota "tendrá repercusiones negativas no sólo en el fútbol sino en el PIB del país".
Ello en un momento en que la Serie A ofrece síntomas de recuperación de su prestigio, con un campeonato reñido y destacadas actuaciones de sus equipos en Europa.
Según las estimaciones de la prensa, la FIGC ve escaparse cerca de 100 millones de euros entre las primas que reparte la FIFA a los equipos clasificados y los descuentos que los 21 patrocinadores del equipo impondrán para el año que viene y en la negociación de los contratos de cara al Mundial de Catar-2022.
Además, la derrota supone una pérdida económica para Rai y Sky, las dos cadenas de televisión que comparten los derechos de difusión y que ya no tendrán audiencias medias de 17,7 millones de telespectadores, cifra alcanzada durante los partidos de Italia en Brasil-2014. El lunes por la noche, casi 15 millones de italianos se congregaron delante del televisor.
Por contra, el periódico económico Il Sole 24 Ore recuerda que Italia no sufrirá la caída de productividad denunciada por el director ejecutivo del grupo Fiat, Sergio Marchionne, quien aludía al absentismo los días de partido así como a las resacas los días siguientes a los triunfos.
Sin embargo, "en mi opinión, a escala nacional, el fútbol puede ser realmente vertebrador, hacernos sentir unidos", explica Daniele Manusia, impulsor de una página de internet sobre deportes. "En este momento Italia es un país un poco desunido", lamenta.
Con la precampaña electoral ya en marcha para las legislativas de principios de 2018, la clase política guardaba silencio este lunes.
A excepción notable de Matteo Salvini, jefe de la Liga Norte, un partido antieuropeo y antiinmigración: "Hay demasiados extranjeros en el terreno de juego, desde los más jóvenes hasta la Serie A, y he aquí el resultado. Detened la invasión y dejad más sitio a los jóvenes italianos, también en los campos de fútbol", lanzó en Twitter.