Para querer, odiar o confiar, primero hay que conocer y entender. Comentarios, críticas y esperanzas son depositadas en la Selección Peruana, y el concepto de la misma reposa en una nebulosa que no llega a ser comprendida en su totalidad. ¿Somos buenos?, ¿malos?, ¿conformistas? El caso Pizarro, Benavente, Lapadula y Cueva deslizarán las respuestas.
Carlos Bejarano, sociólogo, periodista y ex jugador de segunda división, tiene la dura tarea de analizar el fútbol desde un aspecto social, chocándose muchas veces con realidades que son transmitidas por los peruanos, pero que cuestan ser entendidas y reconocidas por nosotros mismos. "Un equipo de fútbol es la radiografía del país". Con eso empezamos.
La idea de que lo desconocido puede ser mejor. Tenemos muy presente que ser educado, entrenado o adoctrinado en otro lado siempre tendrá más valor que hacer algo en nuestro país. No es como Brasil, que la mayoría de buenos jugadores prefieren quedarse en el Brasileirao. El sueño, en el Perú, es irse al extranjero, porque serás mejor, en teoría.
Lo de Benavente fue al revés. El atacante dio sus primeros pasos en el fútbol en España, para luego aparecer en el radar de los peruanos por jugar en el Real Madrid Castilla. Independientemente de su juego y trayectoria, ¿por qué queremos tanto a Benavente?
"Benavente ha jugado en equipos de tercera categoría, es más, si hubiese venido a jugar a Cristal, como alguna vez se mencionó, hubiese sido el mejor club en el que hubiese estado. Benavente representa al nuevo jugador. El jugador que no nació en el Perú. Que no es borracho ni juerguero. Benavente es el bueno desconocido que se prefiere sobre el bueno conocido. En la búsqueda de jugadores bandera, hay muchos errores. Hay muchos jugadores mejores que Benavente, pero la pregunta sería, ¿qué prefieren poner? ¿a alguien que ilusione a la gente, o uno que genera rechazo?"
Benavente: el boleto para comprar la aceptación de la gente
Gareca llama a Benavente, pero no lo pone. En el partido contra Ecuador, el técnico lo alineó como manotazo de ahogado, para que las críticas no sean tan agudas, para comprarse la paciencia y aceptación de la gente. Carlos Bejarano aterriza el caso Benavente en esta frase: "Es más lo que la gente espera de Benavente de lo que realmente es."
Miles de voces se unieron para exigir que Claudio Pizarro deje de ser convocado a la Selección Peruana. Las mismas voces criticaron muchas veces que Gareca lo alinee como titular al lado de Paolo Guerrero. "El equipo no juega a nada", decían.
En este momento, el lugar del chivo expiatorio está vacío, porque Claudio Pizarro no está más en la Selección Peruana. Ya no tenemos a quien echarle la culpa. En su momento fue Burga, luego Markarián, entre otros. Como le hemos ganado a Ecuador, la elección puede demorar un poco, pero cuando se vuelva a la derrota, dicho lugar será ocupado. ¿Los candidatos?, Gareca y Farfán.
Utilización del chivo expiatorio en el fútbol peruano: "No somos tan malos. Cuando (insertar nombre aquí) se vaya, iremos al Mundial."
Claudio Pizarro era la persona a quién le echábamos la culpa de todo lo malo que pasaba con la Selección Peruana. Ese lugar del chivo expiatorio, según Carlos Bejarano, fue ocupado por última vez por el actual delantero del Werder Bremen, a lo cual no le encuentra sentido.
¿Por qué odiamos a Pizarro?
"A Claudio Pizarro lo odian porque es exitoso. Porque ha tenido solo una mujer desde los 16 años, con quien se casó, tuvo hijos y es feliz. La peor tragedia de Claudio Pizarro es no haber vivido una tragedia. Pizarro no tiene ninguna historia triste. La gente lo ve guapo, exitoso y para colmo, fiel. Quieren encontrarle algo malo, y buscan los errores para golpearlo en palabras."
El sociólogo sostiene que las rajaduras, tragedias, historias tristes y la superación de obstáculos pinta, paradójicamente, de manera positiva la historia de superación de algún personaje. Claudio Pizarro no vivió esto, por lo que es rechazado por gran sector de la gente.
Si a Benavente se le ve como el peruano que no es peruano, Gianluca Lapadula es un jugador que no es peruano, no habla castellano y no se siente peruano. ¿Qué esperamos del delantero italiano?, ¿estamos resentidos por el primer rechazo al Perú?
"Lo que queremos de Lapadula es que nos diga lo que queremos escuchar. Él no hizo lo de Benavente. Nosotros queremos que diga que le gusta el ceviche y que su mamá le cocinaba arroz con pato en Italia, pero él es un tipo que ni siquiera sabe dónde queda el Perú, no ama al Perú y no tiene un compromiso con nuestro país. Él ve todo desde el lado económico, por eso prefirió convertirse en el goleador de la Serie B que jugar la Copa América con Perú. Le salió bien, está ahora en el AC Milan".
Gianluca Lapadula proporcionó a la opinión pública días de debate y cuestionamientos, hasta que dijo que no. "Lapadula no está contaminado del Perú. Acá la gente dice que Tapia es bueno porque se fue joven, que el error de Manco fue quedarse, lo cual nos muestra como nosotros mismos tenemos una visión peyorativa del Perú."
Cuestionado por indisciplinas dentro del campo. El clásico peinado 'moderno' y audífonos grandes escuchando timba. Talento en el regate y velocidad. Ese es el estereotipo del jugador peruano, el común. Ahí calza perfectamente Christian Cueva, actual jugador del Sao Paulo.
"A Cueva lo están volviendo a querer. No lo querían, sobretodo después de la decisión de Gareca de llevarlo a la Copa América y dejar fuera a Cristian Benavente." A Cueva no lo querían porque era el típico jugador peruano, pleitista y borracho. El técnico argentino confió en él, y es el único jugador que se ha consolidado en la era Gareca.
"Además, tú sacas a Cueva y no hay ningún jugador como él. Nadie es como él. Es una suerte para Gareca que Cueva haya pasado la prueba de consolidación", señaló el sociólogo.
Antes admirábamos las buenas jugadas en ataques de los volantes por las bandas de Perú. Sus buenas gambetas y gran talento para eludir rivales. Ahora aplaudimos que cubran su banda y apoyen al lateral. ¿Conformismo?
"¿Nos hemos vuelto conformistas, o debemos aceptar nuestra realidad? El error de los técnicos ha sido poner a Pizarro y a Guerrero juntos. El miedo de perder el talento de uno hizo que se pierdan a los dos. Creer que poner a los extranjeros es la solución para vencer a nuestra realidad."
¿Estamos listos para aceptar nuestra realidad? ¿Esta es nuestra realidad?, o de verdad consideramos que tenemos opciones claras de llegar al Mundial.
Yo soñaba con ser futbolista y jugar por Perú. Tú también, y te aseguro que tu compañero de al lado igual. Nosotros criticamos a los jugadores juergueros porque hacen lo mismo que los peruanos, en su mayoría: disfrutar de la vida nocturna. Por ello exigimos a los privilegiados jugadores que pertenecen a este selecto grupo que se rajen y que lleguen a tiempo. Porque es precisamente lo que yo periodista, tú mesero y tu amigo el licenciado, hubiésemos hecho (en teoría), si nos convertíamos en futbolistas.
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