No todo es felicidad. Mientras que en Moscú la selección de Francia festejaba el triunfo contra Croacia en la final del Mundial Rusia 2018; en París, unos treinta jóvenes saquearon el Drugstore Publicis, un establecimiento comercial en la avenida de los Campos Elíseos, donde cientos de miles de personas celebraban el triunfo de los 'Bleus'.
Estos jóvenes, algunos encapuchados, irrumpieron en la tienda por el lado de la avenida Marceau y salieron poco después con botellas de vino y de champán bajo el brazo, grabándose con teléfonos celulares, mientras las fuerzas de seguridad lanzaban proyectiles con gas lacrimógeno.
Al cabo de quince o veinte minutos, este grupo de personas fue dispersado debido a las fuertes dosis de gas lanzados por la policía. Poco después, sin embargo, una veintena de jóvenes entraría de nuevo al Drugstore, esta vez por el lado de los Campos Elíseos, suscitando una nueva ola de gases lacrimógenos.
Muy cerca de lo ocurrido, un aficionado francés con la camiseta tricolor repetía a gritos: ''la fiesta no es esto, la fiesta no es esto'', entre lágrimas e impotencia por los desmanes de sus compatriotas en un día en la que toda Francia debería estar celebrando por el segundo Mundial en su historia. El fútbol no se mancha.