Inglaterra se ha olvidado de los exquisitos remates de comba de David Beckham. En este Mundial, los laterales Ashley Young y Kieran Trippier son sus nuevos artistas con pelota detenida.
Esas jugadas han sido el conducto principal de los goles en Rusia, el 42 por ciento, e Inglaterra ha sido el equipo más versado en ese rubro en su marcha a las semifinales.
Ocho de sus 11 goles se han manufacturado mediante tiros libres, córners o penales, cuatro más que cualquier otro equipo y la mayor cantidad desde que Portugal anotó ocho tantos con pelota detenida en el Mundial de 1966.
Esto no es obra de la casualidad.
Una preparación meticulosa —que incluyó un viaje a Estados Unidos para mirar un partido de la NBA — la convocatoria de jugadores que saben ejecutar ese tipo de acciones y la diligencia defensiva que prevalece en un torneo como este han propiciado una abundancia de goles con pelota detenida que tienen a Inglaterra a las puertas de un segundo título en una Copa del Mundo.
“Las jugadas con pelota quieta han sido fundamentales para nosotros y otros equipo durante todo el Mundial”, dijo el lunes Ashley Young, uno de los principales ejecutantes de Inglaterra. “Desde luego entrenamos en ello en ataque y defensa, y son vitalmente importante para nosotros. Nos han beneficiado y vamos a seguir en la misma línea”.