Viajar y ver fútbol suena el plan de vida perfecto. Sin embargo, podríamos pensar que es algo imposible. Dejar tu casa, tu familia, vender tu carro o incluso tu sillón para costear los gastos. ¿Tendríamos que estar locos? David Álvarez nos enseña que tal vez lo que suena descabellado para algunos, puede darle alegría y satisfacción a otros.
David tiene 30 años, renunció a su trabajo y se enrumbó en el sueño de su vida, crear ‘Viajero Fútbol Club’, un proyecto en el que visita distintas partes del mundo para ver el deporte que tanto le apasiona.
“Los últimos años he sido ‘loco chamba’. Trabajaba en las madrugadas, no descansaba. Por eso decidí tomarme un ‘break’ con los viajes de fútbol”, explica.
Estudiar o tomar unas buenas vacaciones eran las excusas perfectas de David para visitar otras partes del mundo; sin embargo, llegó un momento en el que empezó a percatarse que sus dos grandes pasiones (viaje y fútbol) podían ir de la mano.
“En el 2017 tomé la decisión de ir a la Copa Confederaciones. Renuncié al trabajo y abrí un negocio propio. Viajé en mayo. Aproveché en asistir a todos los cierres de las ligas europeas que pudiese. Estuve en Francia, Londres, Portugal, España y finalmente en Rusia”.
No importa el lugar o los clubes que se enfrenten, si David se encuentra cerca y hay fútbol, intentará ir.
“No es necesario que el partido sea de suma importancia o que jueguen grandes equipos. Muchas veces tienes planificado algo y por movimientos de fecha o se cancela, buscas otras opciones, si encuentras algo disponible, lo ideal es ir. El gusto por el fútbol siempre prima”.
La pregunta que todos nos hacemos es ¿con qué dinero? Sabemos que no es nada barato tomar un avión, pagar hospedaje, entradas, comida, etc.
“Viajar viendo fútbol, claramente, no es barato”, confirma David.
“Si no consigues boletos, compras reventa; si el partido tiene mucha expectativa, suben los costos de los hoteles; etc. Pero todo es por un sueño. En lugar de juntar para comprar un departamento o un carro preferí gastar mis ahorros en viajes. Lo tomo como una “jubilación adelantada””.
“Para qué esperar tantos años y vivir de lo que he trabajado, sin poder disfrutarlo. Edad, salud o familia puede que no me lo permitan. Mejor lo hago ahora, cumplo mi sueño y en los próximos años me las arreglo”.
El dinero pasa a un segundo plano si nos ponemos a pensar en cómo creceremos al seguir nuestros ideales. Es difícil, pero es un sacrificio por el que David apostó y que le está trayendo grandes satisfacciones.
“Hay precios para todos los bolsillos y es una inversión bonita, ese no es el mayor problema. La barrera más grande y la más difícil de romper es la que nosotros mismos tenemos en la cabeza. Si empezamos a pensar: pero los permisos, el idioma, si me pasa algo, nadie me va a querer acompañar, etc. Nunca lo vas a hacer.”
“Si planifica bien todo y es organizado, lo podrá hacer. Si esperas a que alguien más se anime. Te quedarás sentado en tu casa con los brazos cruzados”.
El siguiente viaje de David será Rusia 2018. Acompañará a la Selección Peruana por los países de Europa en los partidos amistosos, hasta llegar a la Copa del Mundo.
Piénsalo. El siguiente puedes ser tú. ¿Por qué no?