Francia y Croacia disputaban la final del Mundial Rusia 2018 cuando ingresaron al campo de juego cuatro mujeres vestidas de agentes de seguridad. Eran feministas del colectivo ruso de punk Pussy Riot, protestando por la poca libertad que viven las mujeres en Rusia.
La seguridad del estadio las retiró del recinto y este lunes tuvieron que presentarse a la justicia rusa para definir cuál sería la condena que sufrirían tras violar "groseramente las reglas del comportamiento del espectador".
Según el sitio ruso MediaZona, las cuatro mujeres deberán pasar 15 días en la cárcel, sufriendo así, la sanción más dura que se le puede dar a alguien que infringe las normas en un estadio de fútbol del país europeo.
Las protestantes pasaron la noche en un destamcamento policial, donde existian condiciones básica para dormir, comer o higienizarse, según informaron a través de las redes sociales.
Por la mañana, fueron trasladadas la corte de Khamovnichesky, en Moscú, donde finalmente prestaron declaración en una audiencia oral.