El fallecimiento de Darío Gómez sigue causando conmoción en Colombia, pues sus exitos musicales lo llevaron a convertirse en un icónico y recordado artista. A modo de homenaje, los colombianos han comenzado a escuchar nuevamente sus canciones y a compartirlas por las calles cafeteras.
‘La Tirana’, ‘Entre Comillas’, ‘Sobreviviré’ y ‘Nadie es eterno’ son los temas más pedidos y recordados, pues, gracias al puño y letra del ‘Rey del Despecho’, quedaron en la memoria de quienes alguna vez sufrieron una terrible decepción amorosa.
A lo largo de su vida artística y pública, Darío Gómez concedió un sinnúmero de entrevistas, detallando en cada una de ellas sus inquietudes y aspectos personales poco conocidos.
Además de sus hijas, Kelly Johana y Lady Catalina, su famosa nieta Daniela y su exesposa y mánager Olga Lucía Arcila, no siempre fue abierto a la hora de contar sobre su vida amorosa.
¿Pero quién fue el primer amor de Darío Gómez? ‘El Rey del Despecho’ se enamoró por primera vez cuando era menor de edad. El artista recordaba que para ver a Giselle, quien era una adolescente, tenía que viajar durante 20 horas, pues su enamorada vivía en Nariño “Yo viajaba desde Medellín hasta Ipiales para encontrarme con ella”, confesó alguna vez.
El amor que Gómez sentía por Giselle era inmenso, hasta el punto que le compuso la canción ‘Por ti lo inventaría’. Tiempo después, el breve amorío llegó a su fin, porque la jovencita nunca se decidió por tener una relación, contó en su momento.
Posteriormente, el primer amor con el que duró mucho tiempo fue con Martha Nubia Pineda, cuando tenía 18 años. Su amor duró siete años. De su unión nacieron sus tres hijos mayores, una de ellas Luz Dary, la mamá de Daniela, la nieta de Darío Gómez, a quien le compuso una famosa canción.
“Ella y yo hemos decidido que no va a haber ningún tipo de divorcio. Ella no va a dejar de ser mi mánager, seguirá siendo una mujer muy importante para mí. Sigue siendo la dulce y querida madre de mis hijos que los adoro con toda el alma. La abuela de mis nietos y nietas”, confesó hace unos años el desaparecido artista en una entrevista con ‘La Red’.
Darío Gómez nació en Los Cedros, vereda de San Jerónimo, Antioquia el 6 de febrero de 1951. Su talento para la composición fue innato, pues a sus 16 años ya había escrito su primer tema, mientras se desempeñaba en las labores del campo y la mecánica. Años atrás su abuelo materno le había regalado un tiple que despertó desde su infancia la inquietud por la música.
Gómez nunca la tuvo fácil y siempre luchó por sus sueños. Cuando llegó hasta el sello Codiscos a finales de la década del setenta, allí se interesaron por varias de sus composiciones y empezó a escribir temas para otros artistas. Luego se incorporaría al sello como director artístico y grabaría con su hermano Heriberto Gómez a dúo, bajo el nombre de Los Legendarios.
En esos años, Gómez escribió la pieza ‘Ángel perdido’, una dedicatoria a su fallecida hermana Rosángela que logró vender más de medio millón de copias. Sería el primer eslabón de la cadena de éxitos para el cantautor antioqueño.
A principios de la década de los ochenta es que decide dar un paso al costado en Codiscos para fundar su propia productora, Discos Dago, en la que grabaría sus primeros éxitos, enfocados justamente en uno de los sentimientos más profundos del ser humano: el despecho.
Tras la aparición del trabajo ‘Nuestro ídolo’ en 1989, Gómez daría el salto a la inmortalidad. De ahí proviene su clásico ‘Nadie es eterno’; inspirado en una conversación con su cuñado en una visita a su natal San Jerónimo. Le recordaba aquel familiar que debajo de la cantina donde se encontraban quedaba antes un viejo cementerio, del cual ya no quedaba “ni la tumba ni la cruz”. Así surgió ese megaéxito que partió en dos la historia de la música popular en Colombia.
Desde ese entonces, la voz y la obra de Darío Gómez son el referente mayor en la evolución de la música cantinera y de carrilera, que gracias a su aporte empieza a ser conocida como “música de despecho”.
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