La historia en el fútbol se hace y construye al andar, cumpliendo procesos y aprovechando al máximo el nivel superlativo de las individualidades más destacadas. Y justamente eso fue lo que hizo la Selección Colombia femenina en la reciente Copa América de la categoría, donde estuvieron a casi nada de escribir su propio hito en la final frente a Brasil. Si bien el gol de Debinha derrumbó las ilusiones de todo un país, hay claves que podemos destacar en esta participación de la ‘Tricolor’.
En primer lugar, no podemos obviar el hecho de que Colombia cumplió con los principales objetivos que se propusieron antes de que comience el torneo continental: clasificar a la Copa del Mundo 2023 que se disputará en Australia y Nueva Zelanda y conseguir un boleto a los Juegos Olímpicos de París 2024.
Las dirigidas por Nelson Abadía congeniaron un alto nivel colectivo gracias a que los grandes talentos individuales estuvieron a la altura de las circunstancias. Un torneo corto no siempre es sencillo, pues requiere que la concentración sea máxima para que el plantel se fortalezca con el correr de los partidos. Es por eso que en esta nota analizaremos los puntos altos de un desempeño que rozó la perfección y que casi hace historia en la Copa América Femenina 2022.
Desde el punto de partida en la fase de grupos hasta la gran final –a pesar de la caída ante Brasil–, el rendimiento de la Selección Colombia fue positivo y estuvo vestido de una regularidad que ilusionó a todos de principio a fin.
En seis partidos disputados en la Copa América, la ‘Tricolor’ ganó cinco y perdió solo uno. Asimismo, marcaron catorce goles y recibieron cuatro, convirtiéndose en una de las vallas menos vulneradas, solo por detrás de la campeona, Brasil
Por si fuera poco, Colombia logró su segundo puntaje perfecto en fase de grupos en la historia de torneo, igualando así a su participación en la Copa América de Ecuador 2014. Coincidentemente en dicho certamen también alcanzaron el subcampeonato.
Colectivamente la Selección Colombia mostró un juego bastante sólido, donde el equilibrio siempre predominó en cada acciones para que, tras generar chances de gol, el equipo no quedara descompensado en la zona defensiva. Nelson Abadía halló su columna vertebral y esta lo respaldó durante todo el torneo.
En el arco, Catalina Pérez siempre brindó seguridad y respondió con solvencia las pocas veces que fue exigida. Si bien tuvo algunos momentos de desconcierto, nunca perdió la confianza y redondeó un gran campeonato. Por otro lado, también recibió el respaldo de Daniela Arias y Jorleyn Carabalí, quienes conformaron una sólida zaga central.
La experiencia y recorrido de Daniela Montoya, Catalina Usme y Leicy Santos fueron claves para que la gestación de las jugadas siempre encuentren sentido. Asimismo, la recuperación del balón nunca pasó apuros pues este tridente casi siempre estuvo bien parado ante las arremetidas de los rivales.
En cuanto al aspecto ofensivo, Linda Caicedo, gracias a un gran despliegue de talento y calidad, se convirtió en una de las revelaciones de la Copa América. De la mano de Mayra Ramírez armaron grandes jugadas de peligro y fueron un dolor de cabeza para las defensoras rivales.
Para complementar el esquema habitual de Abadía, varias suplentes aportaron su buen rendimiento de manera oportuna. Entre las más destacadas tenemos a Lorena Bedoya y Diana Ospina, quienes se ubicaron siempre en la primera línea de volantes. Del mismo modo, Gabriela Rodríguez y Gisela Robledo aportaron en el ataque.
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