La vida da revanchas. Y el fútbol, por obvias razones, es parte de ella. En la selección peruana se lo tomaron a pecho. Tras la goleada recibida por Brasil que golpeó anímicamente, había una nueva oportunidad para olvidar fantasmas ante Uruguay. La historia es conocida (pasamos a semifinales de la Copa América por penales), pero dentro de ella hay otro personaje al que Ricardo Gareca se encargó de relanzarlo a la fama ¿Su nombre? Carlos Zambrano.
El ‘León’ es un crack, nadie lo puede dudar. Su carrera defiende lo dicho, ya que no cualquiera pasa por el Schalke 04, St. Pauli, Eintracht Frankfurt entre otros. Sin embargo, el ‘Káiser’ tenía una deuda pendiente que muchas veces lo sacaba de los partidos. Esa prepotencia, que también tuvo Paolo Guerrero en su momento, llevó a que muchas veces el equipo se vea perjudicado dentro de un partido.
El más recordado; sin duda alguna, es el que tuvo a Chile como rival. En la Copa América disputada en el país del sur durante el 2015, el defensor central peruano tuvo una acción innecesaria dejando el pie encima de un rival para dejar con 10 al equipo nacional con 70 minutos por jugar. Aquel día, Perú compitió, pero con un hombre menos fue más difícil de lo normal.
A pesar de las críticas, aquella noche no fue la cruz del ‘Tigre’ hacia, en ese momento, su central titular. Las Eliminatorias rumbo a Rusia 2018 estaban por comenzar y en el comando técnico tenían la decisión de mantener a la columna vertebral (Zambrano, Vargas, Pizarro, Guerrero); sin embargo, el contexto siguió siendo desfavorable y la puerta se le cerró al entonces central de la Bundesliga alemana.
Se sacó solito
La paciencia parecía ser aliada de Ricardo Gareca; sin embargo, todo tiene un límite y Carlos lo sobrepasó. Sus actitudes violentas en los encuentros y aspectos extradeportivos (Umberto Jara escribió en el libro ‘El Camino a Rusia’ que el defensor había hecho ingresar a una mujer a la concentración durante el torneo del 2015) terminaron de apartarlo para el proceso que tenía que cambiar de rumbo si clasificar al mundial era la prioridad.
El punto de quiebre se terminó dando en el Estadio Nacional de Lima. El 25 de marzo de 2016, Perú recibía a Venezuela con solo tres puntos en cuatro fechas (victoria ante Paraguay). Lo positivo era que la ‘Vinotinto’ estaba peor, pues había iniciado el proceso sin ninguna victoria ni empate. En Lima; sin embargo, se pusieron las pilas, pero eso es una historia aparte.
Recién empezado el segundo tiempo –sobre los 46’–, el delantero venezolano Josef Martínez recibía lejos del área, y de espaldas. Sin dudarlo, el zaguero le metió una zancadilla y se ganó su segunda tarjeta amarilla en el proceso eliminatoria, lo que lo dejaba suspendido para la siguiente fecha ante Uruguay en Montevideo. Su actitud desentonó totalmente con las pretensiones de Ricardo Gareca, quien lo tachó de la nómina hasta la Copa América de Brasil, tres años después, donde parece estar tomándose una revancha.
Tomó conciencia
Fueron tres años en los que la carrera de Zambrano parecía derrumbarse. No solo por las nulas oportunidades en la selección, sino también por los constantes cambios de equipo desde que dejó el Frankfurt. Ni en el Rubin Kazan, PAOK o Dinamo de Kiev encontraba su lugar en el mundo, hasta que llegó al Basel, donde volvió a tener algo de continuidad, algo que le hizo posible volver a ser chequeado por el ‘Tigre’.
Pero solamente con lo futbolístico no bastaba y si el ‘Káiser’ quería volver a vestirse de blanquirrojo tenía que mostrar nuevamente su compromiso. Así, a través de sus redes sociales, el ‘León’ empezó a ser nuevamente del gusto del entrenador argentino e incluso, cuando la selección jugó un amistoso ante Alemania post mundial, el zaguero no dudó en estar presente apoyando a sus compañeros.
El cambio de zaga –Alberto Rodríguez y Christian Ramos, los dos titulares, ya no estaban por falta de continuidad o lesiones– obligaba a Gareca a encontrar nuevos nombres y el de Carlos fue el más sonado. Poco tiempo antes de la Copa América y tras reuniones con Néstor Bonillo, el regreso del futbolista del Basel parecía un hecho y así se dio.
Aunque no pudo estar en los amistosos previos (Costa Rica y Colombia) por una lesión que arrastraba, su titularato en el torneo estaba más que confirmado. El equipo necesitaba de un líder futbolístico que acompañe a la juventud de Miguel Araujo o Luis Abram y nadie podía dudar que, de estar a buen nivel, Zambrano era el indicado.
Cuatro partidos de Copa después (tres jugados por él, ya que por una lesión no pudo estar ante Brasil), la selección esta en semifinales y ha encontrado en el número 2 a una garantía de seguridad y liderazgo en el área propia. Duelos individuales ganados, anticipos y fortaleza física y mental le han permitido no achicarse ni contra Luis Suárez y Edinson Cavani.
Y como la vida es cíclica, este miércoles, en el Arena do Gremio, tendrá una revancha que no querrá desperdiciar. Hace cuatro años, en otra semifinal ante el mismo equipo, Zambrano empezaba a pintar su salida de la selección y ahora, en un partido con sabor a revancha, el mismo jugador puede confirmar su buen momento y lo bien que le hace a esta generación.
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