Dragon Ball GT introdujo al universo de Goku un concepto que pocos recordarán pero que, al día de hoy, es el más poderoso. Quienes recién se enganchan a la serie animada y a las películas de Akira Toriyama y Toei Animation, entenderán que el Hakai y el Ultra Instinto son la fuerza más poderosa de todas, las mismas que son dominadas por los ángeles y los dioses de la destrucción. Sucede que no es tan así: hay algo más poderoso que solo sucede en la saga más criticada de la franquicia, la “energía negativa”.
La “energía negativa” se refiere a una forma especial de energía oscura y maligna que se encuentra en el universo. Esta energía es generada por los seres malvados y corruptos, y posee un poder destructivo considerable. En Dragon Ball GT, el concepto tiene un papel importante como fuente de poder para los antagonistas. Baby, uno de los principales villanos, utiliza la energía negativa para fortalecerse y aumentar su poder. Esta energía le permite transformarse en formas más poderosas y desatar ataques devastadores.
El origen de la energía negativa para el Dragon de 7 estrellas
Así las cosas, la energía negativa corrompe y destruye todo lo que toca, desde planetas enteros hasta planos enteros de existencia, y lo hace sin que nadie la utilice ni la aproveche. Si bien el Hakai es pura destrucción, debe ser canalizado por un Dios de la Destrucción o un mortal que pueda desbloquear el Mega Instinto, a diferencia de la energía negativa que simplemente existe y causa devastación donde esté.
Nadie tiene que desatar continuamente la energía negativa para que sea destructiva como sí sucede con el Hakai, a pesar del hecho de que la capacidad de destrucción universal es relativamente igual entre ambos. En conclusión, Dragon Ball GT ha confirmado que el poder más destructivo de la franquicia es la energía negativa y no el Hakai de los dioses de la destrucción.
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