Chaoz es uno de los personajes más recordados de Dragon Ball. Apareció en los primeros episodios de la franquicia, cuando Goku era tan solo un niño, y aún sigue vigente en las sagas más actuales. No será el más poderoso de los Guerreros Z, pero su origen ha sido motivo de debate por muchos años. ¿Qué es realmente Chaoz? ¿Es solo un humano con pintura blanca en el rostro o algo más?
Aunque Akira Toriyama es conocido por diseños de personajes extraños, como la falta de nariz de Krilin y el tercer ojo de Ten Shin Han, Chaoz puede ser el más peculiar de todos. Desde su aparición en el episodio 133, no hay ningún otro personaje de la serie hasta el momento con piel blanca pálida y mejillas rojas brillantes. En la reaparición de Chaoz en Dragon Ball Super, el personaje no ha envejecido y aún sigue con los mismos poderes.
Dentro de la mitología china, existe una criatura que abarca todos los atributos extraños de Chaoz, el Jiangshi. El Jiangshi es una criatura vampírica zombificada con piel blanca pálida, movimientos increíblemente rígidos y poderes extraños que provienen de drenar el chi de otras personas para reforzar su propia fuerza vital.
Los Jiangshi también suelen representarse con las mejillas rojas y vestidas como un mandarín chino, un burócrata rico. En una entrevista con Akira Toriyama realizada antes del lanzamiento de Battle of the Gods, incluso se reveló que Chaoz en realidad es sorprendentemente rico al cobrar dinero a los agricultores por el uso de sus poderes telequinéticos.
Además, Toei Animation y Akira Toriyama son absolutamente conscientes de la existencia del Jiangshi. En el episodio 89 de Dragon Ball Super, se presenta al personaje Yurin, una estudiante de la Escuela Crane con el poder de convertir a las personas en Jiangshi usando talismanes especiales. No es casualidad que Tien y Chiaotzu sean el centro de atención de este episodio, ya que están directamente conectados con esta criatura mitológica.
Las características de Chaoz son demasiado similares a las de Jiangshi para ser una coincidencia. La piel pálida y la falta de envejecimiento son indicios de que algo es inusual, pero su conexión inherente con la cultura china y la introducción de los talismanes de Yurin ponen fin al debate.
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