Hay muchos dioses dispersos por el cosmos en el universo de Dragon Ball Super, y se cree que aquellos que han alcanzado el estado de inmortalidad son completamente intocables. Sin embargo, Goku encuentra una manera de infligir daño a un ser inmortal.
Dragon Ball Super tiene dos clases principales de dioses: los Kais y los Dioses de la Destrucción, siendo Zeno el todopoderoso e imposible de matar.
Aparte del Omni-Rey, todos los dioses, incluidos los Kais y los Dioses Destructores, son susceptibles de morir si son asesinados por un ser de inmensa fuerza. Sin embargo, es posible que una entidad divina alcance la inmortalidad, lo que los haría virtualmente intocables.
En el capítulo 22 de Dragon Ball Super, Goku y Vegeta fueron llevados al mundo alternativo por Trunks del Futuro en un esfuerzo por salvarlo del monstruoso reinado de Zamasu. Zamasu era un Kai Supremo en entrenamiento que mató a su maestro y tomó el título de Kai Supremo para sí mismo. Posteriormente, Zamasu deseó a las esferas convertirse en inmortal, lo que significa que nunca pueda morir ni recibir ningún daño durante una pelea.
Sin embargo, el hecho de que sea inmortal no significa que sea fuerte. Durante su pelea contra Goku, el Saiyajin canaliza sus propios poderes divinos a través de la forma Super Saiyan Blue y golpea a Zamasu mientras se burla de él durante la batalla.
Cuando sus palabras parecen tener un impacto y Zamasu comienza a desmoronarse por ellas. Trunks dice: “¡Parece que finalmente recibió algo de daño! ¡Daño emocional!”.
Desafortunadamente para Goku, el daño emocional no fue suficiente para derribar a Zamasu, aunque demostró que incluso los dioses inmortales de Dragon Ball Super pueden ser heridos , incluso si el daño que reciben es de naturaleza puramente emocional.
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