se tambalea. y están de pie de guerra, ¿la razón? y sus desencuentros parecen dar con el adiós el personaje a las películas del UCM. La relación entre ambas compañías es tal que ha "sacado" a Kevin Feige, presidente de Marvel Studios, de la producción de las secuelas del arácnido.

Ahora que se queda otra vez a solas con Spider-Man, tan solo cuatro años después de que éste "volviera a casa", Sony ha querido pronunciarse sobre la situación y más después del fervor y pánico generalizado entre los fans. Lo ha hecho en sus redes sociales por medio de los siguientes mensajes, que dejan claro que la salida de Kevin Faige no es cosa suya:

"Muchas de las noticias de hoy sobre Spider-Man han malinterpretado nuestras discusiones sobre la participación de Kevin Faige en la franquicia. Estamos decepcionados, pero respetamos la decisión de Disney de no dejarle continuar como productor principal de nuestra próxima película de Spider-Man. Esperamos que esto cambie en el futuro, pero entendemos todas las nuevas responsabilidades que Disney le ha dado -incluídas muchas de las nuevas IP que se han sumado a Marvel- no le permiten trabajar demasiado tiempo en una marca que no es de su propiedad. Kevin es excelente y estamos muy agradecidos por su ayuda y guía. Apreciamos el camino que nos ha ayudado a seguir... y que nosotros continuaremos".

Spider-Man | Los motivos de la Disputa entre Disney y Sony Pictures

A la espera de ver cómo afecta todo esto a Tom Holland y la tercera película de Spider-Man por parte del actor, vale la pena recordar los motivos que han conducido al héroe a esta situación, en su mayor parte económicos. La última cinta de nuestro amigo y vecino, Spider-Man: Lejos de Casa, no solo se ha convertido en la película más taquillera del personaje, sino tambien en la más exitosa de Sony Pictures, a pesar de lo cual en Disney solo han visto un 5% de la taquilla total producida. Estos beneficios, pactados en el acuerdo original, le han sabido a poco a la compañía del ratón, que ha pedido a Sony un porcentaje mayor de participación en la franquicia y un reparto equitativo de los ingresos (un 50/50).

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