Nadie duda del crecimiento de los eSports en América Latina. Hace un buen tiempo, se han creado organizaciones para competir en los diferentes torneos de videojuegos como: Dota 2, League of Legends, CS:GO, Fortnite, etc. Claro está que estos equipo se sostienen en base a patrocinadores, lo cual países como Brasil buscan regular leyes para los deportes electrónicos.
Todo comenzó con la pregunta, ¿los eSports son un deporte?, pregunta que comenzó el debate en una audiencia pública en Brasil con el proyecto de ley del Senado 383 del 2017, la cual busca regular los deportes electrónicos.
Muchos países de la región latinoamericana ya señalan a los eSports como un deporte, ya que cuenta con los factores que tiene cualquier deporte tradicional: atletas, premios en efectivo, público y eventos deportivos.
En el 2017 el Comité Olímpico Internacional (COI) manifestó a través de un comunicado que los eSports pueden considerarse como una actividad deportiva.
Debido a esto, se han sumado confederaciones y federaciones para impulsar el mercado de los juegos electrónicos. El problema es que esta “buena voluntad”, genera desconfianza en la comunidad.
El pasado 21 de noviembre, en una audiencia pública de Brasil, la senadora Leila Barrios acompañada de expertos en deportes electrónicos en la sesión, generó indignación en la comunidad ‘gamer’, debido a que estos debates están siendo impulsados por personas que nunca han estado vinculadas a los eSports.
Draft5, diario especialista en el mercado de eSports, puso en evidencia irregularidades en el proyecto de ley que coloca a las federaciones como “representantes únicos” en el escenarios de los deportes electrónicos. También se ve que el senador Roberto Rocha, del partido PSDB-MA, tiene a su hijo como vicepresidente de una federación, lo cual puede generar un conflicto de intereses entre una federación y el mercado de los eSports.
Esto muestra el crecimiento de los eSports, en todo el mundo. Podemos ver a miles de patrocinadores invirtiendo en estas organizaciones. Como en la mayoría de los deportes que se profesionalizaron, estas situaciones muestran el interés que se vive en el mundo y todo lo que ocurra de aquí en adelante servirá para construir una base sólida en el deporte que no para de crecer en Latinoamérica.
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