A pesar del éxito de “Gambito de dama” (“The Queen’s Gambit” en su idioma original), que incluso es considerada por muchos críticos como una de las mejores series del 2020, la adaptación de la novela homónima de Walter Tevis de 1983 no se libra de cometer algunos errores.
Si bien la historia de la serie de Netflix, así como la representación del ajedrez competitivo, ha sido elogiada por varios expertos en ajedrez, la campeona estadounidense de ajedrez Jennifer Shahade señaló a Vanity Fair algunas inexactitudes y premisas poco realistas de la ficción protagonizada por Anya Taylor Joy.
LA ADICCIÓN DE BETH
Para Jennifer Shahade la adicción de Beth Harmon no concuerda con sus instintos como jugadora de ajedrez. Ella señala que el ajedrez es un deporte mentalmente agotador, que requiere mucha concentración, además resulta exagerado que los tranquilizantes ocasionen visiones de posibles movimientos de ajedrez.
Por otro lado, la campeona estadounidense explica que la calificación de Beth no debería ser 1800 sino 2300 ó 2400, considerando que venció a dos jugadoras de alto nivel y a un Gran Maestro en Pittsburg.
DETALLES DEL AJEDREZ COMPETITIVO
Otro detalle que omite “Gambito de dama” es la forma en que los oponentes de Beth anuncian el aplazamiento. En el ajedrez competitivo real, el árbitro es el encargado de traer el sobre con la jugada secreta e informan a los jugadores que es hora de levantar la partida. Pero en la serie de Netflix, es Beth quien sella el próximo movimiento en lugar de sus oponentes que propusieron el aplazamiento.
Además, la ficción dirigida por Scott Frank y Allan Scott no representa ningún empate, lo cual resulta extraño considerando que Beth es una ferviente jugadora de ajedrez.
Screen Rant también revela otros errores, por ejemplo, en la primera partida de Beth contra Benny juega un Open Sicilian, pero tiene un peón en d2, desplazado durante la tercera jugada. Asimismo, los competidores no pueden hablar durante las partidas de ajedrez porque se considera una mala práctica deportiva y está en contra de las reglas.
Sin embargo, es comprensible que “Gambito de dama” omita estos detalles con fines narrativos. Por ejemplo, los intercambios entre los jugadores dan un aire de tensión que mantiene el interés de los espectadores y permite conocer más a Beth.