Todo buen seguidor de las novelas románticas ha leído “Un cuento perfecto”, una de las novelas más apasionantes de la autora española Elisabet Benavent y que ahora llegó a Netflix el pasado 28 de julio. Aunque la versión original logró enamorar a todos los amantes de la lectura con el desarrollo de sus personajes, cabe decir que la gigante de streaming buscará satisfacer a su audiencia con esta genial historia de encuentros pasionales entre la aristócrata Margot y el humilde David.
Si hemos leído la novela, podemos deducir que “Un cuento perfecto” posee dos elementos: personajes sumamente entretenidos y locaciones paradisiacas. Pese a que el romance de estos dos jóvenes termina por cautivar a la gran mayoría, son los lugares de toda la trama lo que termina por darle ese aspecto disruptivo a la hora de sumergirse por completo en la narrativa.
Ahora bien, llevarla a cabo y en Netflix no es tarea sencilla. Recordemos que en la novela, Margot y David viven su amorío en dos países con mucha historia y tradición, razón por la que el equipo de producción encargado de la miniserie decidió trasladarse por completo a ambas ciudades para poder ejecutar con realismo cada una de las escenas.
La serie se ejecutó en dos ciudades de gran renombre: Grecia y Madrid. Las grabaciones iniciaron en el país heleno para luego regresar a tierras ibéricas y finalizar cada una de las escenas.
En la ficción, Margot y David llegan a Atenas para poder disfrutar de los paisajes, el clima, la ciudad ancestral y dos de los vecindarios con mayor historia: Monestaraki y Plaka.
Si bien la nación griega tiene un mínimo de 6000 islas en total, vale decir que el equipo de “Un cuento perfecto” solo se animó a rodar en 3. La primera es una de las más populares del planeta: Mykonos, un lugar hermoso, placentero y con uno de los mejores climas de toda la región.
También aparecen sitios y lugares turísticos como el faro de Armenistis, la ciudad de Alefkandra o Chora.
Otros lugares como Santorini también dijeron presente, en especial, la isla Fira. Finalmente, se rodó alguna que otra escena en el Hotel Celestia Grand y en la Playa Roja, una de las más extrañas al tener grava rojiza en su balneario.
En su regreso a España, la dirección inició grabaciones en lugares como el barrio de Malasaña, además de lugares como la discoteca Club Malasaña, Café Manuela y Casa Baranda.
Vale decir que se escogieron estos dos lugares dada la trama original escrita en la obra. Sin animos de hacerte spoilers, podemos decir que Margot y David la pasan de las mil maravillas en tierras griegas.
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