“El Conde” de Pablo Larraín es una película que tiene al dictador chileno Augusto Pinochet como protagonista, pero no en el sentido típico de la biografía o de un documental sobre su régimen o los delitos de los que se le acusaron, sino en medio de una sátira. Porque el Pinochet de Larraín es un vampiro que, después de siglos de vida política, quiere morir pero no sabe cómo.
La cinta fue galardonada en la edición 80 del Festival de Cine de Venecia en la categoría de Mejor Guion. Y se convirtió en una de las novedades de Netflix durante setiembre, con un estreno que generó expectativa entre el público latinoamericano.
Cuando las redes sociales están divinidades y enfrentadas en temas políticos, con ideología radicales tomando parte de las discusiones mediáticas, en especial en tiempos de elecciones, una película satírica sobre un expresidente llama ineludiblemente la atención de los usuarios de la plataforma de streaming.
Aquí te contamos qué se vio en el final de “El Conde” y qué significa. Pero antes puedes ver el tráiler oficial de la película de Netflix:
Carmencita es la exorcista que busca sacarle el demonio al vampiro Augusto Pinochet, quien además quiere morir de una vez por todas y ordenar sus bienes para legarlos a sus hijos, después de ser un dictador en Chile. Sin embargo, quien iba a ser su asesina, se convierte en su amor romántico y la versión ficticia del político chileno quiere recuperar las fuerzas de sus mejores tiempos: se aleja de la idea de la muerte.
Para esto, el Pinochet de Larraín sale en búsqueda de sangre y la encuentra en dos de sus víctimas predilectas: ancianas y trabajadores manuales. En tanto, su familia se encuentra en una lucha interna, con Lucía, su esposa, en medio de un affaire con Fyodor, una de las manos derechas del político, y los hijos del dictador buscan proteger su dinero.
Carmencita, sin embargo, parece que tiene otros planes, porque en una boda de imposturas decide huir con los papeles que dejan sin nada a los Pinochet. Pero el vampiro Pinochet la asesina. De igual manera, el dictador mata a Lucía porque entiende que ella quiere matarlo y también a Margaret Thatcher, madre de Augusto Pinochet en esta ficción.
Luego, Pinochet también acaba con Fyodor por su traición. Sus hijos, al no poder hacer nada, venden las pocas cosas de su casa y toman cada uno su rumbo. Pinochet y Thatcher toman sangre de vampiro y recuperan su juventud. Augusto Pinochet se convierte en un joven de 15 años y empieza a estudiar y a mostrar una vocación intensa de acabar con la gente con ideología de izquierda.
Del final de “El Conde” se puede desprender el mensaje de que los dictadores no han perecido en Chile y el mundo y que, como el vampiro Augusto Pinochet de la película, se pueden rejuvenecer en la sociedad, para seguir implantando sus ideas.
También se desprende de que los gobiernos dictatoriales, al parecer, no se vienen abajo a pesar de los más estrafalarios e impresionantes montajes que se emplean. Su resistencia incluso va más allá de las traiciones dentro de las familias.
La sátira de “El Conde” tiene mensajes que corren detrás de las más absurdas metáforas sobre un político que marcó a Chile durante casi 20 años y que murió sin ser condenado por los crímenes que se le imputaban.
La película satírica “El Conde”, de Pablo Larraín, se encuentra en la plataforma de streaming Netflix y la puedes ver, de manera online, si tienes una suscripción. A través de este enlace puedes acceder al contenido.
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