“Pain Hustlers” (“El negocio del dolor” en español) es una película de drama conspirativa de Netflix dirigida por David Yates a partir de un guion de Wells Tower, y que tiene como protagonistas a Emily Blunt, Chris Evans, Andy García, Catherine O’Hara, Jay Duplass, Brian d’Arcy James y Chloe Coleman.
Al igual que dramas como “Dopesick”, “The Drop Out” y “Painkiller”, la cinta que se estrenará el 27 de octubre de 2023 aborda los peligros de las grandes farmacéuticas en Estados Unidos. La ficción sigue a Liza Drake, una madre soltera que empieza a trabajar en una empresa farmacéutica en quiebra y termina envuelta en una conspiración criminal con consecuencias mortales.
“Pain Hustlers” se basa en un artículo de la revista The New York Times de 2018, “The Pain Hustlers”, de Evan Hughes y en su novela posterior “The Hard Sell lanzada”, publicada en 2022. Pero ¿cuál es la verdadera historia de este escándalo farmacéutico?
En su artículo, Hughes relata la historia corrupta de Insys Therapeutics, una compañía farmacéutica fundada en 1990, con sede en Chandler, Arizona. Su producto estrella era Subsys, una versión recetada del fentanilo, que es un potente opioide agonista sintético utilizado como analgésico.
Aunque Subsys estaba destinado inicialmente para pacientes con cáncer terminal o que padecían “dolor irruptivo”, Insys se encargó de que los médicos la recetaran a cualquiera paciente y para cualquier tipo de dolor utilizando nefastas tácticas de extorsión.
El fundador de Insys Therapeutics, John Kapoor, le pagaba a los médicos que promocionaban sus productos, mientras que os trabajadores del Centro de Reembolso de Insys llamaban a las aseguradoras en nombre de los consultorios médicos para que autorizaran el pago de Subsys.
The Guardian señala que, “[CEO John] Kapoor supervisó una estrategia de marketing en la que los pagos a los médicos, aparentemente por discursos en seminarios educativos, eran en realidad sobornos para recetar el medicamento. Los fiscales dijeron que los seminarios no eran más que reuniones sociales en restaurantes, bares y clubes de striptease. En un caso, la empresa pagó casi 260.000 dólares a dos médicos de Nueva York que emitieron recetas de Subsys por valor de más de 6 millones de dólares en 2014″.
Además, según informó Statnews, “a una representante de ventas en Alabama se le pagó un salario base de 40.000 dólares, pero recibió más de 700.000 dólares en comisiones de 2013 a 2015 en función del volumen de recetas no autorizadas escritas por los médicos a los que consultó, según registros judiciales”.
A pesar de que en 2012, un representante de ventas de Insys presentó una demanda que incluía documentos, correos electrónicos y grabaciones de audio, el gobierno se negó a intervenir. De hecho, en 2016, la empresa ocupó el puesto 52 en la lista Deloitte Fast 500 North America.
En diciembre de 2016, John Kapoor y otros ejecutivos y gerentes empleados por Insys fueron detenidos acusados de “conspiración para sobornar al personal médico en varios estados para que recetar un analgésico específico a sus pacientes”.
En agosto de ese año, el fiscal general de Arizona, Mark Brnovich , demandó a la empresa farmacéutica por “engañar a pacientes y médicos sobre los peligros del medicamento Subsys”.
Finalmente, en 2019, Kapoor fue sentenciado a cinco años y medio, mientras que la empresa acordó pagar 225 millones de dólares para resolver las investigaciones penales y civiles del gobierno federal.
Contenido GEC