Durante su emisión en Telecinco, “Entrevías” lideró en audiencia y tras su llegada a Netflix se ha posicionado entre las producciones más populares de la plataforma streaming. Sin embargo, no todos están contentos con el éxito de la serie española creada por David Bermejo y protagonizada por José Coronado.
La ficción que sigue la historia de Tirso Abantos, un exmilitar que en su intento de proteger a su nieta de malas compañías se convierte en el héroe del barrio y se enfrenta a personas muy peligrosas causó cierto malestar entre los vecinos del barrio que le da nombre a la serie.
Aunque “Entrevías” se toma algunas licencias narrativas y se desarrolla en “un barrio del siglo XXI” utiliza el nombre real de un barrio de Madrid, por lo tanto, la manera en que lo retratan molesta a los habitantes del lugar.
LA INDIGNACIÓN DE LOS VECINOS DE ENTREVÍAS
“10 minutos de serie y ya ha salido prostitución, drogas, tiros, peleas etc… Muchas gracias por dejar siempre tan bien a nuestro barrio”, dice una usuaria en Twitter. En las primeras escenas de “Entrevías”, Tirso saca una pistola para amedrentar a unos jóvenes que escuchan música a todo volumen. Poco después, recorre una calle donde aparecen varias prostitutas.
Otro vecino del barrio escribió: “Hay que jod***e con Entrevías, en media hora hay traficantes, prostitutas, yonkis y policías corruptos. Pues la única imagen real de Entrevías es cuando pasa el tren, las demás imágenes no pertenecen al barrio... Y el bar que sale está en Villaverde”.
Los vecinos de ese barrio de Madrid están indignados por la representación y la reputación que da la serie de Telecinco, ya que, aunque se trata de una zona de Madrid azotada durante muchos años por la pobreza, y que de acuerdo con información que compartió Sensacine, tiene la renta media (17.476 euros) más baja de la capital de España, sus habitantes en su mayoría son obreros que viven con gran dignidad y activismo social.
Ni siquiera se trata de un barrio peligroso. No obstante, tiene la reputación de ser una zona con problemas de drogas debido a que está cerca de El Pozo del tío Raimundo, una zona azotada por el consumo de heroína en los años 80.