Números que preocupan. La humanidad sigue dependiendo del petróleo aunque hay proyectos que buscan revertir la tendencia con una visión esperanzadora para un futuro sostenible. La demanda mundial de combustibles fósiles ha alcanzado su punto máximo, representando el 82% del consumo global de energía en 2022, según el último informe Statistical Review of World Energy. Sin duda, hay algo que debemos hacer.
Ante las preocupaciones ambientales, la comunidad científica está intensificando sus esfuerzos para desarrollar alternativas energéticas más eficientes y sostenibles. Por motivo del Día Mundial del Ahorro de Energía, Santiago Ruiloba, gerente de Marketing e Innovación de INDECO by Nexans, comparte perspectivas sobre cuatro tecnologías revolucionarias que se perfilan como el futuro del ahorro energético.
Inteligencia Artificial: los beneficios de la IA son fundamentales en el sector energético, en particular en la supervisión y gestión eficiente de los recursos. Proporciona insigths sobre la disponibilidad de recursos, la eficiencia de las centrales y la mitigación de riesgos, como las condiciones del suelo o eventos meteorológicos extremos. Además, ofrece información valiosa en cuanto a la gestión de las centrales (recursos disponibles y niveles de eficiencia). Por ejemplo, en el caso de la energía hidroeléctrica, la IA permite cálculos más precisos de los caudales de agua, un factor clave en la reducción de pérdidas y del aumento de la producción.
Smart Grids: la red eléctrica inteligente, conocida como Smart Grid, es un sistema de distribución eléctrica que utiliza tecnología digital para proporcionar energía de manera altamente eficiente. Esta tecnología se basa en la incorporación de medidores inteligentes, automatización de procesos y supervisión en tiempo real, facilitando la comunicación bidireccional entre proveedores de energía y consumidores. Además, posibilita la integración de fuentes de energía renovable, lo que desempeña un papel fundamental en la reducción de las emisiones globales de CO2.
Paneles solares: la energía fotovoltaica tiene el potencial de convertirse en una de las principales fuentes de electricidad en el futuro. Los avances tecnológicos en la fabricación de paneles solares, así como la disminución de los costes de producción, están haciendo que esta tecnología sea cada vez más competitiva. De hecho, los expertos estiman que la energía solar se convertirá en la principal fuente energética antes del año 2050, según un estudio realizado por la revista científica Nature Communications.
Iluminación LED: los focos LED destacan por su durabilidad, con una vida útil que puede alcanzar entre 20,000 y 50,000 horas (aproximadamente 6 años), en comparación con las 2,000 horas de un foco halógeno. Además, la iluminación LED es una elección respetuosa con el medio ambiente. Desde la prohibición de las bombillas incandescentes, debido a su alta contaminación, los LEDs han emergido como la opción más sostenible. Estos dispositivos no contienen mercurio ni otros materiales perjudiciales, tampoco no emiten rayos UV ni infrarrojos.
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