El reconocido presentador incumplió con los protocolos establecidos por el coronavirus, antes del desarrollo del . El comentarista olvidó por completo, por ejemplo, el distanciamiento social con los protagonistas e ingresó al octágono para realizar las entrevistas.

Iniciando esta semana, Craig Borsari, vicepresidente ejecutivo de operaciones y producción de la compañía de artes marciales mixtas, aseguró que no se realizarían las tradicionales conversaciones dentro de la jaula posterior a cada lucha.

De hecho, el plan inicial era que el peleador ganador sería escoltado de la jaula después del combate a un área aislada donde se le daría un auricular desinfectado para una entrevista remota con Rogan.

No obstante, el presentador entró a la jaula tras la culminación de la preliminar entre los pesos semipesados Sam Alvey y Ryan Spann. Joe, sin guantes de protección, estrechó la mano al primero, quien venció por decisión dividida, y recogió sus impresiones tras la contienda.

Luego, realizó entrevistas en el mismo estilo inmediatamente después de la segunda y tercera peleas. No las hizo a las peleadoras Carla Esparza y Aleksei Oleinik, ganadoras de la cuarta y quinta peleas, respectivamente, pero regresó a la lona para entrevistar a Anthony Pettis después de que ganó la sexta pelea, la última en la tarjeta preliminar.

A pesar de incumplir con las disposiciones previstas en tiempos de coronavirus, Rogan y los otros dos miembros del equipo de transmisión de la UFC, Jon Anik y Daniel Cormier, estaban sentados en mesas separadas el uno del otro, en el show realizado en Jacksonville (Florida).

Entre otros detalles que dejó el UFC 249, fuera del octágono, muchos, pero no todo el personal, portaba máscaras protectoras. El anunciador, Bruce Buffer, usó una máscara en la jaula y se la quitó para leer las presentaciones y los resultados mientras estaba dentro del octágono.

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