Hace 10 años que Shane McMahon partió de la WWE para dedicarse a sus negocios y asuntos personales. Durante este tiempo, el dueño de la compañía Vince McMahon decidió encargarle el negocio a su hija Stephanie McMahon y a su yerno Triple H.
Claro, siempre bajo la estricta observación de la junta directiva de la WWE. Pero con el paso del tiempo y ante la ausencia de Vince y Shane McMahon, Triple H comenzó agarrar terreno y ganar identificación con los fanáticos. De hecho, apoyado por su larga trayectoria como luchador.
Pero, al parecer, Vince McMahon se habría cansado de Triple H y llamó a su primogénito Vince McMahon para que se encargue personalmente del negocio familiar. Esto, sin duda, sumado al bajo rating que registró en los últimos tiempos la WWE durante la supervisión del 'Juego'.
Pero Triple H, dejando de lado el show, es una amenaza real para los intereses de Shane y Vince McMahon en la WWE, según indicó la web Wrestling Observer. Es que el 'Juego' tiene una gran cantidad de fanáticos. Incluso, así sea el villano más despiadado, sigue siendo alabado por todos.
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