Ha sido deportista, dirigente y ahora se enrumba a ser piloto, pero no cualquiera, sino del rally más difícil del mundo: el Dakar. Aníbal Aliaga, con 49 años, se despidió de las motos acuáticas, esas que lo convirtieron en campeón mundial. Y, quién sabe, quizás corra la misma suerte en los fierros.
Luego de llevarse el título máximo en su disciplina, en el 2016, Aliaga decidió buscar un nuevo rumbo. Su amor por los fierros lo llevó a correr un par de carrera, lo que finalmente lo hizo interesarse en el Dakar.
"Me he preparado mucho y sé que si no fuese por ese título, no estaría en la lista del Dakar. Estoy seguro de que nos va a ir muy bien, pero sé que el próximo nos va a ir mejor", señaló el piloto de Polaris.
Esta será su primera vez en esta competencia y llega con muy buena preparación. No solo por ser de los pocos que tendrán asistencia mecánica durante toda la carrera, sino que también por su copiloto.
Juan Pedro Cillóniz tiene mucha experiencia en rallys y en la categoría UTV. Junto a José Luis Tommasini se coronó en Caminos del Inca en el 2014.
Esta es la segunda vez que esta división se hace presente en el Dakar. Estos vehículos se caracterizan por ser livianos, con una cilindrada menor a 1050 centímetros cúbicos. En la presente edición serán 12 tripulaciones en carrera.