Sebastian Vettel, 31 años, es un destacado piloto alemán de automovilismo de velocidad, que ha ganado cuatro títulos mundiales de Fórmula 1 con el equipo Red Bull Racing, de manera consecutiva: en 2010, 2011, 2012 y 2013. Cuenta, además, con tres subcampeonatos en 2009, 2017 y 2018, los dos últimos con el equipo Ferrari.
Vettel también es el piloto más joven de la historia en ser tetracampeón de la máxima competencia de automovilismo (Fórmula 1) y es el cuarto con más títulos mundiales, al igual que Alain Prost. Solo superado por Lewis Hamilton (5), Juan Manuel Fangio (5) y Michael Schumacher (7).
¿Pero cómo este joven alemán se enamoró de un deporte de velocidad extrema? Nació en Heppenheim, Hesse, el 3 de julio de 1987 y desde muy pequeño estuvo involucrado en el mundo de los fierros. Incluso, en su infancia decía que sus tres ídolos eran ‘Los tres Michales’, un grupo que formó en su cabeza integrado por el piloto Michael Schumacher, el cantante Michael Jackson y el basquetbolista Michael Jordan. Pero como no tenía buena voz, se decidió por los autos.
Comenzó en las carreras de velocidad en 1995 en el karting, disciplina en la que ganó sus primeros campeonatos. Luego, ya en la década del dos mil, pasó a la Fórmula BMW (monoplazas); y en el 2004, en el torneo alemán de esta disciplina, se llevó el primer lugar con dieciocho victorias en veinte carreras.
Participó en otros campeonatos y su éxito en la Fórmula BMW lo condujo a que forme parte de la Formula 1. En 2005, realizó algunas pruebas para conducir el monoplaza Williams FW27, del equipo Williams F1. Causó gran impresión que al año siguiente pasó a ser piloto de pruebas de la escudería BMW Sauber.
Marcó el mejor tiempo en la segunda sesión de entrenamientos del Gran Premio de Turquía y en las dos sesiones de entrenamiento del Gran Premio de Italia en 2006. Aprendió y mejoró rápido, pues para 2007 ya competía como tercer piloto de BMW Sauber en el en el World Series by Renault, donde ganó por primera vez en Nürburgring. Estaba liderando la tabla de esa competición cuando tuvo que abandonarla para dedicarse exclusivamente al campeonato mundial de Fórmula 1.
Su oportunidad llegó cuando Robert Kubica del equipo alemán BMW Sauber tuvo un accidenten en el Gran Premio de Canadá de 2007. Había que reemplazarlo para el Gran Premio de los Estados Unidos y el elegido fue Sebastian Vettel. Así, el alemán se convirtió en el piloto más joven, con solo 19 años, en marcar puntos en la Fórmula 1.
Ese mismo año su equipo lo cedió a la italiana Scuderia Toro Rosso. Con ellos, en el Gran Premio de China, Vettel consiguió la cuarta plaza. Fue su mejor resultado y también el de la escudería.
En esa temporada, Vettel tuvo un pequeño percance en donde Mark Webber y Lewis Hamilton estuvieron involucrados. En el Gran Premio de Japón 2007, Vettel estaba tercero detrás de los pilotos mencionados, pero durante un periodo de coche de seguridad, Sebastian chocó contra Webber. Este declaró después en un canal de televisión británico que "entran niños sin suficiente experiencia, uno hace un buen trabajo y luego lo fastidian todo". El alemán fue sancionado pero, posteriormente, un espectador público un video en YouTube que salvó al piloto, pues le quitaron el castigo. Sin embargo, Webber no se quedó callado y esta vez culpó a Hamilton de lo ocurrido.
Pero dejando de lado ese accidente, el 2007 fue bueno para Vettel porque formó equipo con Michael Schumacher y ganaron la Carrera de Campeones, representando a Alemania.
Para el campeonato mundial del 2008 de Fórmula 1, el piloto alemán comenzó mal, pues no acabo las tres primeras carreras de la temporada. Pero en el Gran Premio de Italia consiguió tremendos logros. Obtuvo la primera pole position de su paso por Fórmula 1 y ganó la carrera. Así se convirtió en el piloto más joven en tener una pole, un podio y una victoria, récord que poseía hasta ese entonces Fernando Alonso. Ese año, Vettel acabó la temporada en el octavo puesto.
En el 2009, el alemán pasó a la escudería Red Bull Racing, con la que conseguiría los éxitos más grandes de su carrera automovilística. El cambio fue bueno porque ese año se coronó subcampeón del mundo y se convirtió en el piloto más joven de la historia en lograr tal hazaña. Pero lo mejor estaba por venir.
El año 2010 fue el que marcó a Sebastian Vettel. Fue el que desencadenó una serie de éxitos para el piloto alemán. ¿La razón? Pues consiguió su primer título mundial con la escudería Red Bull. No solo eso. También obtuvo el récord de ser el piloto más joven en ganar un campeonato mundial con solo 23 años y 154 días, superando a Lewis Hamilton.
Y al siguiente año confirmó su gran momento. Volvió a conseguir el título mundial. Y así se convirtió en el bicampeón más joven de la historia. Cada vez sumaba más récords. Pero Vettel quería más y en 2012 y en 2013 repitió el plato. Ya había hecho historia. Ya era el tetracampeón de Fórmula 1, con cuatro mundiales al hilo.
Además, el campeonato mundial de Fórmula 1 en 2013 fue su mejor competición: había ganado nueves Grades Premios de forma consecutiva (en Bélgica, Italia, Singapur, Corea del Sur, Japón, India, Abu Dabi, Estados Unidos y Brasil).
Para el 2014, el piloto alemán anunció su salida de la escudería Red Bull. Era el último año que participaría con el equipo que lo vio triunfar cuatro veces seguidas. Y no lo hizo mal, pues concluyó la temporada en el quinto puesto.
En 2015, debutó con el equipo Ferrari. Llegó en el tercer puesto de la temporada y para el 2016 retrocedió a la cuarta posición. Sin embargo, en los años siguientes pudo retomar su nivel.
Sebastián Vettel y Lewis Hamilton tuvieron intensas batallas en 2017 y en 2018. En ambas temporadas, pelearon codo a codo el campeonato. Pero el alemán no le pudo ganar al británico. Vettel se tuvo que contentar con el segundo lugar en ambas ediciones.
Para la temporada 2019, que comienza con el Gran Premio de Australia, el 17 de marzo, Sebastian irá de nuevo con la escudería Ferrari.
El piloto alemán tiene la costumbre de ponerle nombres a sus coches. Algunos que ha puesto son Kate, Kate's Dirty Sister (hermana sucia de Kate), Suzie, Gina o Loria. También tiene la costumbre de poner una moneda de la suerte entre los cordones de sus zapatos.
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