Ícaro, docuemental de Netflix.
Ícaro, docuemental de Netflix.

En 1996, a Lance Armstrong se le detectó cáncer al testículo con metástasis en el cerebro y los pulmones. Una dura enfermedad que lo había reducido a piltrafa. Y dos años después de superarlo, regresó del precipicio para lograr lo que ningún otro ciclista, ni siquiera uno totalmente sano, había conseguido jamás: ganar el Tour de Francia siete veces seguridad, entre 1999 y 20005. Armstrong, que había crecido pobre y golpeado por su padrastro, que había abandonado los estudios, puso su nombre entre los más grandes de la historia.

Sin embargo, en enero del 2013, ocho años después de su último triunfo, se encargó de manchar con tinta indeleble la leyenda de campeón invencible que había construido con solo tres palabras: “Sí me dopé”. Una confesión que lo hizo pasar a ser la mayor mentira del ciclismo.

El día en que Lance conmocionó al mundo al aceptar que se había dopado para ganar y que “lo volvería a hacer”, a Bryan Fogel, cineasta norteamericano y ciclista amateur, le entró una inquietud. ¿Cómo es que su su ídolo y ‘héroe’ había pasado cientos de controles antidoping sin ser descubierto?

Es así que el director decidió en 2014, luego de entrevistarse con muchos científicos, proponerse un proyecto: probar en sí mismo un proceso estructurado de consumo de sustancias dopantes para mejorar sus resultados en ciclismo, sin dar un solo positivo.

“Me producía mucha curiosidad saber qué estaba pasando, qué iba mal en un sistema que se presentaba al mundo como algo que funcionaba. Quería explorarlo personalmente y mostrarlo ante la cámara”, comentó Bryan en una entrevista.

Lo que Fogel no imaginaba es que gracias a ese “experimento” terminaría conociendo al científico ruso Grigori Rodchenkov, entonces director del laboratorio antidopaje ruso en Moscú, y pieza clave en el escándalo de dopaje que se conocería posteriormente. Y como resultado crear “Ícaro”, el documental que desentraña la trama de dopaje que provocó la exclusión de los atletas rusos de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Un largometraje de 121 minutos que se puede ver en Netflix y ya ganó un Óscar a mejor documental en el 2018.

EL COMIENZO

El documental relata cómo el director y el científico ruso entablan una amistad, mientras Rodchenkov programa un plan de dopaje para Fogel con el objetivo de mejorar sus resultados sin dar positivo en un solo control.

El lazo amical entre ambos provocó que, cuando comenzaron a destaparse los casos de dopaje ruso en nombre del 2015, Grigori decidiera refugiarse con Los Ángeles con Fogel, ya que su vida corría peligro.

“La película tomó un rumbo espectacular. Comencé explorando un asunto y terminé en una historia un millón de veces mayor de lo que hubiera podido imaginar, una historia que literalmente cambia la historia de todos los deportes, que cambia toda la historia olímpica, señaló en su momento Bryan.

Grigori Rodchenkov (camisa) junto a Bryan Fogel (gorro).
Grigori Rodchenkov (camisa) junto a Bryan Fogel (gorro).

Según la Agencia Mundial de Antidopaje (AMA), entre 2011 y 2015, en Rusia de produjo una “conspiración institucional” del dopaje. En ese entonces, más de un millar de deportistas olímpicos rusos, auspiciados por las autoridades, se vieron implicados o se beneficiaron de manipulaciones para ocultar sus positivos.

“Ícaro” desmenuza a partir de entrevistas a Rodchenkov, otros especialistas y mismos atletas rusos, cómo se produjo la trama de dopaje, especialmente en lo referente a la custodia de las pruebas antidoping en los Juegos Olímpicos de Invierno Sochi 2014. En ese torneo, científicos rusos cambiaban muestras de atletas dopados por frascos de orina limpia de esos mismos deportistas.

Sin duda un documental interesante de principio a fin. Un largometraje altamente recomendable para ver en estos días de cuarentena.

Vladimir Putin fue uno de los más criticados luego de este documental.
Vladimir Putin fue uno de los más criticados luego de este documental.

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