Será la imagen que de vuelta en el mundo. A veces lo que importa más no es ganar una competición, sino el alto grado de deportividad entre dos atletas. Eso lo vimos en la prueba de los 5.000 metros en los Juegos Olímpicos de Río 2016 en un hecho que conmovió a todo un estadio.
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Las atletas olímpicas Nikki Hamblin y Abbey D'Agostino mostraron que la deportividad está por encima de todo. Mientras ambas corrían la segunda serie de la primera ronda, la estadounidense D'Agostino iba segunda en la competencia y de repente se cayó llevándose consigo a Hamblin. Esto, sin embargo, no provocó la molestia de ambas corredoras de fondismo.
D'Agostino se levantó inmediatamente y corrió a ayudar a Hamblin, pese a que eliminó todas sus posibilidades de clasificar en dicha competición.
Las dos atletas lograron llegar a la meta en penúltimo y último lugar con una sonrisa en el rostro que ha provocado el aplauso de los espectadores en el estadio. Al cruzar la meta, sellaron su compromiso con un abrazo. Sin duda alguna, el mejor acto de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
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