Un par de brincos para calentar y tomar aire en la altura de Cochabamba (Juegos Odesur 2018). Por su mente pasan recuerdos de la lesión al talón de Aquiles que la alejó de las pistas de atletismo por casi dos años. Empieza a correr. Silvana Segura tiene la mira puesta en Lima 2019.
Sexto paso de los 18 que necesita antes del primero de los tres saltos que exige su disciplina, llamada triple salto. Sabe que su familia está apoyándola y su entrenador también, como cuando consiguió la medalla de plata en los Juegos Bolivarianos 2013, en Trujillo.
Doce pasos. La concentración es total, pero su mente es invadida por recuerdos: en algún salón de la Universidad de Lima, estudiando ingeniería industrial con su bota de yeso. Por esos días, la idea de dejar el salto la asalta con frecuencia.
Un salto, dos, tres, y cae en la arena. El impacto la despierta, y las pocas dudas que quedaban en la cabeza de Silvana Segura dan paso a una inmensa alegría: el salto fue de 13.56 m, plata en los Juegos Odesur y un nuevo récord nacional.
Su regreso no pudo ser mejor, pero ella quiere más: Lima 2019 es su próxima meta: “Debo superar la marca de 13.60 para clasificar. Estoy segura de lograrlo, y no me conformaré con participar. El objetivo de ganar una medalla”.
Aunque despierta, Silvana sigue soñando. Ojalá vuelva a despertar con una medalla