Filadelfia ha sido una fiesta toda esta semana, pero la celebración del jueves fue la más grande de todas. Decenas de miles de hinchas de los Philadelphia Eagles festejaron en las calles el primer título de Super Bowl de la ciudad.
Poco importó si tuvieron que dormir en sus carros u oficinas pues todos querían tener un puesto de primera fila. No querían perderse a los campeones de la NFL desfilando por Broad Street, la vía principal entre el estadio y el ayuntamiento de la ciudad.
El alcalde Jim Kenney pidió a los fanáticos que celebren con pasión y orgullo, pero sin los desmanes provocados por las multitudes que ocasionaron vandalismo y destrozos el lunes por la madrugada inmediatamente después del partido.
“Compórtense de forma responsable, no le arruinen esto a los fanáticos que han esperado este día histórico por décadas”, dijo el alcalde.