Rafael Nadal alzó los brazos, cerró el puño izquierdo y se desfogó con un grito cargado de muchas emociones, tras ganar su primer título del año en Australia. Una victoria que significa mucho para el español luego de un 2021 cargado de lesiones, que lo obligaron a despedirse prematuramente de la temporada, y con un positivo por COVID-19 que complicó su diciembre.
La lesiones de Nadal arrancaron a inicios del 2021 con un problema en la espalda. Si bien no se bajó del Abierto de Australia, pues parecía estar encendido y dispuesto a levantar el trofeo, no pudo vencer a Stefanos Tsitispas y se despidió el primer Grand Slam. Tras ello, trató de inmediato su problema, por lo que no estuvo activo en los siguientes dos meses.
Volvió en Montercarlo, pero su primera alegría llegó durante la gira de polvo de ladrillo: al ganar el ATP 500 de Barcelona. La segunda fue en el Masters de Roma, el exnúmero uno brilló en la cancha y todos soñaban con verlo volver a pelear la cima de la ATP con Novak Djokovic. El Roland Garros pintaba para su consagración y repunte en el ranking, pero una nueva lesión de pie llegó y no pudo mantener el nivel.
Después de eso todo fue en caída libre para ‘Rafa’, por sus problemas físicos se bajó de Wimbledon y no estuvo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Intentó volver en el ATP 500 de Washington en agosto, pero de nuevo su pie izquierdo le jugó una mala pasada y tras el torneo tuvo que anunciar su depedida de la temporada.
El problema de pie de Nadal es algo más serio que una simple lesión, pues, desde 2005, padece una enfermedad crónica llamada síndrome de Muller-Weiss, la cual es degenerativa y se presenta como una anomalía en el desarrollo del tejido del escafoide tarsiano. Este mismo es el hueso del arco del pie, que es fundamental para el movimiento del mismo.
La lesión no tiene cura y no puede tratarse con ninguna operación, por lo que es crónica y la única forma que tiene Nadal para tratar la enfermedad es utilizando plantillas. “Gracias a la plantilla he podido jugar, pero a partir de ahí me ha trastocado otras cosas: rodillas, caderas, espalda... Eso me pasó con 19″, contó Nadal en una entrevista.
Al estar expuesto a otras lesiones, todo se le juntó a Nadal: la lesión de espalda y el interminable problema con su pie izquierdo. Su única solución era descansar y decirle adiós a la temporada, lo que significó una terrible caída en el ranking, de estar en el segundo puesto llegó hasta la sexta casilla.
Si bien Nadal estuvo meses callado, debido a su inactividad, en diciembre se empezó a preparar para el 2022, especialmente para el Abierto de Australia. El manacorí asistió a un evento de exhibición para volver a una pista y recuperar un poco el ritmo de cara a una nueva temporada; sin embargo, luego de ese torneo en Abu Dhabi, el español dio positivo por COVID-19.
Parecía que su sueño de llegar a Australia se truncaba al haberse contagiado a poco de fin de año. Nadal estuvo en cuarentena, lidiando con los síntomas, y confesó que la pasó muy mal. “Me empecé a encontrar muy mal en el avión, pero no pensé que era el virus porque traía la PCR negativa de esa mañana. Al llegar fui directo al hospital, por seguridad de mis familiares, y luego ya me encerré en mi casa. Tuve fiebre durante dos días y estuve en la cama sin apenas poder moverme’, contó.
Es una ‘Fiera’
Afortunadamente, Rafael Nadal pudo recuperarse en corto tiempo, pero la duda estaba en si llegaría en condiciones para el primer Grand Slam del 2022. Por ello, para estar a punto, se inscribió en el ATP de Melbourne, en dobles y singles. El español comenzó el nuevo año de la mejor manera: con su primera victoria en cinco meses, junto a su compatriota Jaume Munar.
Nadal cogió ritmo en dobles para meterse de lleno al cuadro de singles, por lo que tuvo que retirarse junto a Munar para buscar el título individual. Un trofeo muy trabajado para la ‘Fiera’: venció al lituano Ričardas Berankis, luego pasó por walkover sobre Tallon Griekspoor y derrotó al finlandés Emil Ruusuvuori.
Solo le quedaba un paso más para alcanzar el título: el estadounidnse Maxime Cressy. El norteamericano no fue un rival sencillo, le peleó punto a punto en el primer set (7-6), pero en la segunda manga, el calibre del español se vio reflejado (6-3) para levantar su primer trofeo del año y el número 89 a nivel ATP.
“Estoy muy contento de arrancar con un torneo ganado y sumar otra temporada venciendo en, al menos, un evento. Es un comienzo muy positivo porque atravesé por momentos complicados, con muchas dudas incluso de si podría volver a competir”, declaró Nadal.
Abierto de Australia, su próximo reto
Con el título de Melbourne, Rafael Nadal llegará inspirado al primer Grand Slam de la temporada. Si bien la presencia de Novak Djookvic aún está en duda, el español no se ve a sí mismo como uno de los favoritos. Por el contrario, quiere ir paso a paso, teniendo en cuenta cómo ha sido la temporada pasada.
“No me veo como un candidato real en Australia. Yo ahora lo que más desearía es mantenerme toda la temporada sano, pudiendo competir al 100% sin sufrir interrupciones por lesión. He tenido una muy buena semana de entrenamientos y lo que más satisfacción me da al hacer balance de esta semana, es que mis entrenamientos fueron mucho mejores que mis partidos. Eso significa que el nivel de juego lo tengo y que para plasmarlo en competición tan solo necesito tiempo en la cancha”, aseguró Nadal.
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