Hasta el momento son ocho, y la organización quiere que el número quede ahí. Por primera vez desde que comenzó la Era Open en 2008, se registraron tantos abandonos por lesión en Wimbledon como ahora, circunstancia que no ha pasado inadvertida. Los tenistas se embolsaron cerca de 40 mil dólares solo por presentarse en la cancha.
"Solo el propio jugador sabe si está capacitado para jugar. Si no es así, debería ceder su lugar a otro", sostuvo Roger Federer en la rueda de prensa posterior a su debut sobre la hierba londinense.
El suizo propuso como solución que "los Grand Slam adoptaran la norma que ya se aplica en la ATP de que aunque no puedas jugar por lesión, el jugador que se retira siga cobrando el premio, "aunque si esto sucediera quizá se perdiera a la mitad de los jugadores", dijo en broma el de Basilea.
La nueva a la que hizo referencia el número 5 del mundo la introdujo la ATP el pasado mes de enero y dice que todo jugador puede darse de baja en un torneo ATP por lesión o enfermedad, siempre y cuando cuente con el dictamen del médico, dos veces en la misma temporada, pero no de forma consecutiva, y que puede ser reemplazado por otro competidor, proveniente de la fase previa.
El jugador que se retire recibirá no obstante el premio asignado para esa primera ronda. No así el que le sustituye, que ganará el premio en metálico de la fase previa y lo que perciba en el cuadro principal, a partir de la segunda ronda.
Esta norma también la apoya Djokovic, quién como Federer fue informado antes de la conferencia de prensa, de cuáles eran los puntos de la misma. "Creo que de esta manera los jugadores del cuadro principal reciben el premio que merecen, aunque no estén en condiciones de jugar y, al mismo tiempo, permite participar a jugadores preparados", sostuvo.
Fuente: EFE