Marin Cilic venía de hacer historia en Wimbledon 2017. Se convirtió en el segundo croata en clasificar a la final, para lo que tuvo que esperar once participaciones. Era un sueño, pero este se acabo antes de que el partido llegue a su fin. Y la culpa es de Roger Federer.
A mitad del segundo set, Marin Cilic, quien iba perdiendo en el marcador, se quebró en su silla. Su equipo fue hacia él, pero no había quién lo calme: el sexto mejor del mundo estaba frustrado.
“Hoy no era un buen día para que me saliera una ampolla en el pie y me ha dolido durante todo el partido. Es una ampolla realmente mala, me empezó a salir durante el partido de semifinales ante Sam Querrey", reveló el croata.
Sin embargo, las lágrimas no eran de dolor, sino de desesperación. "Me he sentido algo impotente por no poder dar el 100% de mi tenis en la final”, aseguró. El hecho de tener a Roger Federer de rival no hizo que las cosas sean más fáciles.