El partido entre Wolfsburgo vs. Colonia (que finalizó 1-1) por la Bundesliga, no tuvo muchas sorpresas; sin embargo, ocurrió un hecho particular que dejó a más de uno sorprendido. Corría el minuto 13, y por la banda derecha, entre la disputa de dos jugadores por el balón, este terminó estallando en la cara del árbitro asistente. El magnitud del golpe fue tal que tuvieron que llevarlo de emergencia a Thorben Siewer, ya que no podía seguir en pie con normalidad.
Las repercusiones del impacto fueron tan graves que Siewer no pudo continuar en el partido y tuvo que ser llevado rápidamente al hospital para someterse a exámenes adicionales. El ambiente en el estadio se tornó tenso mientras los espectadores observaban con preocupación cómo el asistente era sacado del terreno de juego en una camilla, evidenciando la seriedad del incidente.
Ante esta situación inesperada, el cuarto árbitro, Nicolas Winter, quien había estado observando desde la línea lateral, se vio obligado a intervenir y ocupar el lugar de Siewer en el terreno de juego. Aunque no era su función habitual, Winter asumió el desafío con determinación y se preparó para mantener el control del juego en ausencia del juez asistente lesionado.
Con el puesto de cuarto árbitro ahora vacante, el locutor del estadio Volkswagen Arena aprovechó un momento de pausa en el juego para dirigirse a los espectadores en las gradas. “¿Hay algún árbitro en el estadio que pueda hacerse cargo del lugar?”. Con un tono urgente, solicitó a cualquier persona dispuesta a desempeñar la función de cuarto árbitro que se presentara en el área designada. Entre los espectadores presentes en el estadio se encontraba Tobias Krull, un joven de 32 años conocido localmente por su destreza como portero en un equipo de sexta división.
¿Quién fue el reemplazante del árbitro?
Lo que pocos sabían es que el héroe improvisado en esta situación, también estaba certificado como árbitro. Ante la inesperada petición del locutor del estadio, Krull no dudó en ofrecerse como voluntario para ayudar en esta emergencia sin precedentes. Su acto de valentía y solidaridad fue rápidamente reconocido y aceptado por el árbitro principal. En cuestión de minutos, recibió un uniforme de árbitro y fue instruido sobre sus funciones, preparándose así para asumir un papel crucial en el desarrollo del partido.
El estadio estalló en aplausos y reconocimiento por la rápida acción de Krull, demostrando un profundo sentido de solidaridad y aprecio por su disposición a intervenir en un momento crítico. Gracias a su intervención, el encuentro por la Bundesliga pudo retomarse con tranquilidad y continuar sin mayores contratiempos, lo que generó un ambiente de alivio y admiración entre los espectadores presentes.
Apenas la semana pasada, se vivió una situación similar durante un partido de la FA Cup entre Wolverhampton y Brentford. En esa ocasión, un aficionado se vio en la necesidad de asumir las funciones de cuarto árbitro durante el tiempo extra del partido. Sin embargo, a pesar de su participación directa en el juego, no se le permitió celebrar el gol de la victoria de su equipo, lo que resalta las diferencias en las respuestas y protocolos entre diferentes competiciones y situaciones.
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