Hablar de jóvenes talentos que buscan potenciarse es también hablar del Borussia Dortmund. El equipo de la Bundesliga opta por un proyecto a largo plazo como se puede observar en sus últimas adquisiciones.
La salida de Jurgen Klopp, quien ya había consolidad un proyecto cuyos puntos más altos fueron la final de la Champions League y los títulos, tanto del campeonato alemán como de la DFB Pokal y Supercopa del mismo país, dio con la llegada de un hombre que estaba llamado a seguir revolucionando el Signal Iduna Park.
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Thomas Tuchel era el elegido y, al igual que el ahora técnico del Liverpool, también llegaba luego de un paso exitoso por el Mainz 05, donde había logrado cosechar un gran rendimiento, dejando a los de Maguncia en posiciones de Europa League.
Al entrenador de 42 años, entonces, le tocaba reanimar un vestuario que se había quedado sin nada en la última temporada junto a Klopp y, además, potenciar talento escondido desde una nueva idea de juego: la de la posesión.
Sumados a los líderes del vestuario, sea Hummels, Aubameyang o Reus, el nuevo técnico le empezaba a dar cabida a los Weigl, Pulisic o Passlack que se entrometían, unos más que otros, en las alineaciones titulares de la plantilla.
Así, en su primera temporada, compitió palmo a palmo con el Bayern Munich de Pep Guardiola por los títulos de Bundesliga y Copa Alemana para, en el siguiente año, quedarse sin figuras clave como el propio Mats Hummels, Ilkay Gundogan o Henrikh Mkhitaryan.
Sin ellos, pero con un gran impulso económico dejado por sus transferencias, el Borussia Dortmund decidió iniciar un camino diferente. Sus objetivos no fueron grandes figuras, salvo el retorno de Mario Gotze, sino talentos con muestras de proyección.
Con el dinero suficiente se hicieron con los servicios de Ousmane Dembelé, Emre Mor o Mikel Merino para, en el transcurso de la temporada, confirmar la también llegada del joven delantero sueco Alexsander Isak y, este jueves 30 de marzo, asegura el traspaso de Mahmoud Dahoud para el año que viene.
Un proyecto en el valle del Ruhr que sabe que para competir, además de talento, necesita sintonía, esa misma que esperan conseguir, con el paso del tiempo, junto a Thomas Tuchel, otro talento que da órdenes desde el banquillo.
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