Una de las gratas apariciones de la Eurocopa 2021 es Robin Gosens. El lateral izquierdo de Alemania ha ratificado su gran momento futbolístico, lo cual vino demostrando las últimas temporadas con el Atalanta, equipo que le permitió recibir el primer llamado de Joachim Low en agosto del 2020. Fue así que recién con 26 años pudo estrenarse con los colores de su país, un caso muy inusual en el elenco germano.
Para llegar ha convertirse en un nombre fijo del once de la ‘Die Mannschaft’, el futbolista nacido en Emmerich ha tenido que superar numerosas pruebas que la vida le puso al frente. Incluso antes de convertirse en jugador profesional.
Gosens soñaba desde chico con ser policía. El fútbol pasaba por su mente, pero mantener el orden en las calles le llamaba más la atención. Fue así que decidió postular a la escuela de uno de los estados teutones. Sin embargo, recibió un duro revés tras no ser aceptado por un problema físico.
“Era casi un oficial de policía en Rheinland-Pfalz. Falló en la prueba de Renania del Norte-Westfalia porque sus piernas difieren 0,5 milímetros”, dijo Holger Gosens, padre del lateral izquierdo.
La figura de su progenitor fue vital para que piense en otras opciones para su futuro. Lo alentó a que empiece a tomar el fútbol como una profesión. No obstante, las oportunidades no se le daban. Pasó sin suerte por Fortuna Elten, 1. FC Bocholt y VfL Rhede.
Hasta que en 2013 decidió pegar el salto a las extranjero y fichó por el Vitesse de Países Bajos, equipo donde cambió todo, tal como lo contó su papá: “Tenía una voluntad absoluta de hacer las cosas dando el 100 por ciento. Esta oportunidad en Vitesse fue su cambio de vida”.
Después pasó por Dordrecht y Heracles Almelo. Este último equipo le permitió llegar hasta el Atalanta en la temporada 2017-2018, por menos de 2 millones de euros. El resto es historia conocida.
Recibe nuestro boletín de noticias: te enviaremos el mejor contenido deportivo, como siempre lo hace Depor.
Contenido GEC