El argentino Lionel Messi ha defendido en un escrito remitido a la comisión disciplinaria de la FIFA que no faltó a uno de los asistentes del partido Argentina-Chile, que los improperios los lanzó "al aire" y que pide disculpas, después de que haya sido sancionado con cuatro partidos, al entrar de oficio el máximo organismo del fútbol.
Messi regresó anoche a Barcelona y no quiso hablar con los medios, emplazando su postura a un documento que ha dirigido a la FIFA para que le quiten la sanción, aunque ya ha cumplido un partido.
"Mi postura está avalada por mi legado de conducta, a lo largo de mi carrera, que es intachable, no teniendo prácticamente expulsiones en todo el tiempo que me desempeño como jugador profesional de fútbol, tanto en mi club como en mi selección. En cualquier caso, nunca por ofensas como las descritas en este expediente", ha argumentado.
Defiende que mantuvo un diálogo con uno de los árbitros asistentes "de forma amigable", sin que el contenido de la conversación, a su juicio, "hayan ofendido o injuriado al árbitro".
"Prueba esta situación que el asistente jamás llamó al árbitro principal ni siquiera para advertirle de mi conducta", añade Messi en su escrito.
"Los vídeos que se acompañan, que se encuentran editados, no pudiendo comprobar su veracidad, no demuestran en ningún momento que haya existido una ofensa de mi parte al asistente 1, ni una conducta lesiva del código disciplinario de FIFA. De más está decir que si algunos de mis dichos hubiesen incomodado al árbitro asistente 1 jamás fueron dirigidos a su persona, sino que fueron dichos al aire, y desde ya pido disculpas por ello", argumenta.
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