Lionel Messi ha estado en boca de todos en los últimos días. No solo porque en Qatar 2022 levantó la primera Copa del Mundo de su carrera, sino también por las vacaciones de las que viene gozando en Rosario. Tras coronarse en Medio Oriente, el crack del PSG se trasladó a su ciudad natal junto a su familia para disfrutar de unos días libres en una casa que cuenta con todas las medidas de seguridad. Se ubica en Funes, está valorizada en más de cuatro millones de euros y tiene tecnología que protege a su esposa e hijos de los curiosos vecinos y de uno u otro seguidor que quiera verlo.
Según indicó Juan Félix Rossetti, desarrollador y administrador del country Kentucky, en Rosario, la casa de Messi cuenta con inhibidores de drones que generan una señal muy concreta que afecta al enlace entre el dispositivo y el mando de control. Esto hace que el aparato pierda la conexión y caiga sin llegar al destino estipulado.
Por estos días, luego de ganar la Copa del Mundo, la seguridad de Messi y su familia se ha convertido en tema de preocupación para las autoridades rosarinas. Según Rossetti, se están haciendo los mejores esfuerzos para darle tranquilidad al campeón del mundo en Qatar 2022.
“Su llegada fue muy buena. Estábamos preocupados por lo que vimos en Buenos Aires. Pero el operativo de seguridad y la reserva en la información nos permitió que arribe muy bien. Se portó como alguien simple, saludó a los vecinos”, confesó Rossetti en entrevista con Cadena 3.
Según el entrenador del PSG, Christophe Galtier, Lionel regresará a las prácticas el 2 o el 3 de enero, tras haberse beneficiado de un periodo excepcional de vacaciones, después de haber ganado con su selección el Mundial de Qatar, indicó en conferencia de prensa.
“Leo ha completado un gran Mundial. Por su victoria, tuvo que volver a Argentina para celebrarlo y decidimos que hiciera una pausa hasta el 1 de enero”, aseguró el técnico, que agregó que el argentino tendrá “trece o catorce días de recuperación”, antes de ser operativo.
Messi goza así de un mayor periodo de vacaciones que otros jugadores mundialistas, incluso que el francés Kylian Mbappé, que también disputó la final y que, por deseo propio, se incorporó a los entrenamientos del PSG tres días después de la misma.
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