Para Arjen Robben, el pasado fin de semana será un momento difícil de olvidar. El histórico futbolista pasa los últimos años de su carrera en el club que lo vio debutar y volvió luego de una lesión que lo mantuvo alejado de las canchas. Además es figura en Groningen y contribuyó en la victoria frente a Emmen.
El ex jugador de Bayern Munich y subcampeón mundial con Holanda participó en dos de los cuatro goles que anotó su equipo frente a Emmen de los peruanos Sergio Peña y Miguel Araujo. Con dos asistencias, el extremo vuelve a sentirse determinante en un equipo. Al culminar el encuentro, no pudo contener la emoción y se pudo lágrimas en su rostro tras superar un largo periodo de lesiones.
Si algo destaca también el jugador, es que los lujos no son parte de su día a día. Para regresar a casa, no se subió en un coche valorado en millones de euros. Para él, fue algo más simple e incluso ecológico. Regresó en bicicleta como si hubiese jugado un partido normal con los amigos en el parque.
“Tuve que superar mucho y eso era lo que quería, quería ayudar al club y quería jugar. Si tengo éxito y funciona, entonces estoy feliz. Me divertí como de niño”, dijo al terminar el encuentro.
Aun así, Robben admitió y bromeó que, de pedir algo, lo que pediría sería “una silla de ruedas por la mañana”.
El ex del Bayern decidió colgar las botas en 2019, pero un año después se animó a volver a los campos para jugar con el equipo que empezó como profesional, el Groningen.
“Fue duro y difícil, pero seguí luchando. La recompensa tiene que llegar en algún momento. Me divertí, como un niño, y también fue importante para el equipo de hoy “, agregó Robben.
Recibe nuestro boletín de noticias: te enviaremos el mejor contenido deportivo, como siempre lo hace Depor.
Contenido GEC