Barcelona es un equipo que roza casi la perfección en el juego. No hablamos de su historia, sino de un estilo que muchos equipos tratan de emular en el campo. El pase corto, las transiciones, el hueco en la defensa y los roles de los jugadores en la cancha permiten que el fútbol culé sea un dolor de cabeza para el cuadro que está enfrente. Sin Guardiola ni Luis Enrique en el camino, Ernesto Valverde ha logrado fusionar su estilo con el ADN azulgrana para hacer de este una institución competitiva y temible en toda Europa.
En rueda de prensa, y previo al partido de octavos de final de la Champions League, Antonio Conte habló sobre las virtudes del Barza de Leo Messi y compañía. “Hemos estado analizando este equipo durante mucho tiempo. Comenzamos hace un mes y no tengo duda de que estamos hablando de uno de los mejores del mundo. Tenemos que tratar de hacer un juego perfecto e intentar tomar las mejores decisiones para enfrentar", indicó el italiano.
A su juicio, el Barça "es un oponente diferente" a los que se encuentran habitualmente en la Premier League. "Tiene una característica fantástica con el balón, pero pueden tener una debilidad sin él. Eso es lo que debemos tratar de explotar", concluyó un Antonio Conte que quiere darle una sorpresa a los catalanes en el Stamford Bridge. Un partidazo se viene.
El Barcelona ha convocado a todos sus jugadores (excepto Coutinho, que ya ha jugado este año la Champions con el Liverpool) para el viaje del lunes, a Londres, donde el martes se medirá en la ida de los octavos de final de la Champions League contra el Chelsea, desafío al que el equipo de Ernesto Valverde llega un poco apurado por la falta de fútbol en los últimos partidos.
El Barcelona necesita en Londres recuperar su mejor tono, porque es consciente de que el Chelsea se juega todo a una carta, después de que la Premier la tenga prácticamente inalcanzable.
De hecho, los azulgranas apuestan por mantener la portería a cero y traerse para Barcelona un gol como mínimo, que obligue al equipo inglés a salir a marcar en el Camp Nou para evitar situaciones como las vividas en tantas otras ocasiones en las que el Barcelona ha sido incapaz de perforar una defensa de diez rivales, no sólo contra el Chelsea, sino contra el Liverpool, Juventus, Inter y otros muchos rivales en las rondas finales de la Champions.