De todos los equipos de Europa, el que nadie quiere enfrentar es Real Madrid. No hay rival con mayor mística en la Champions League que el equipo merengue. Una eliminatoria ante los blancos supone entrar a la cancha con el porcentaje de favoritismo en contra, sin importar el pasado o el presente. Se trata del equipo más ganador de Europa. Rebautizando la frase del inglés Gary Lineker, la Champions League es un torneo donde juegan 11 contra 11, y siempre gana el Real Madrid.
Liverpool nunca estuvo a la altura de la llave. Tal vez en el primer cuarto de hora en Anfield, pero no más. Real Madrid supo jugar con la desventaja de dos goles en Inglaterra, empatar rápidamente el global y aprovechar el shock emocional de los ‘reds’ para firmar la remontada. La ida fue suficiente para que los merengues puedan sentenciar la llave. La vuelta, prácticamente, fue para cumplir con el calendario por demérito de los ingleses. El equipo de Carlo Ancelotti se dio el gustito de ganar en casa y dejar en el camino a un rival peligroso por el nombre, más no por lo que vimos en la cancha.
Ya dentro de los ocho mejores, el podio de favoritos lo completan Manchester City y Bayern Múnich. Benfica y Napoli resultaron ser los ‘outsiders’ de esta temporada, mientras que Inter, Milan y Chelsea están lejos de su mejor momento y solo podrían dar la sorpresa apelando al peso de su camiseta. En esa línea, Erling Haaland podría privarse de coronar su excepcional torneo con el título, por ‘culpa’ del Real Madrid. El sorteo del viernes va a ser clave: o se ven las caras en cuartos de final, o queda el camino pintado para que tengamos la final soñada.
El fenómeno del noruego no tiene techo. Estamos ante un goleador por naturaleza. Un tipo al que la pelota busca y encuentra. Que, a decir verdad, nos ha mal acostumbrado con su hambre por el gol. Si tiene falta de apetito en uno o dos partidos, parece extraño y fuera de lugar. Y por el que los merengues deben tener preparado una mochila de emergencia, en caso aparezca pronto, o en la ansiada final, el sismo Erling Haaland en su camino.
Bayern es otra piedra en el zapato para los blancos. No extrañan más a Robert Lewandowski gracias a un atributo que pocos en Europa han podido adoptar: todos, menos el arquero, son capaces de anotar. No tiene un libreto establecido, y eso lo convierte en un equipo indescifrable. Gana, gusta y -cuando puede- golea. Como dicen algunos, “la figura es el equipo”. Nadie se lleva solo los flashes. Por eso, puede perfectamente entrar en la discusión por el título.
Queda claro que a nivel marketing, la final que todos quieren es Real Madrid vs. Manchester City, pero nadie puede descartar a los alemanes. Por ello, salvo un golpe de última hora o un día horrible de los favoritos, entre esos tres debe estar el campeón de la Champions League de esta temporada. Entre el destructor de redes, el equipo de la mística o los indescifrables. ¿A cuál le vas?
Recibe nuestro boletín de noticias: te enviaremos el mejor contenido deportivo, como siempre lo hace Depor.