Se hizo el milagro en Anfield Road. Liverpool goleó y remontó 4-0 ante el Barcelona para ganar la llave por la semifinal de la Champions League e inscribir su nombre por segunda vez consecutiva en la final del certamen. Georginio Wijnaldum, quien había ingresado en la segunda mitad, marcó un doblete para que los 'Reds' dejen todo igualado en un partidazo. En el primer tiempo, Divock Origi había adelantado a los de Klopp, y el propio Origi puso el cuarto.
El delantero del conjunto ingles adelantó a su equipo en el minuto seis, tras recoger un rechace del portero Marc-André ter Stegen a un disparo del suizo Xherdan Shaqiri.
El belga, quien había ingresado en reemplazo de Andrew Robertson, que no pudo seguir por lesión, puso el segundo de los 'Reds' a los 54 minutos tras encontrarse un centro desde la derecha y vencer a Ter Stegen.
Mientras que solo dos minutos después, el propio Wijnaldum, ahora de cabeza, se adelantó a todos para aprovechar una asistencia Shaqiri y desatar la locura en Anfield.
El terror ya era un jugador más en las filas de los de Ernesto Valverde y mientras se paseaba por el campo, dejó helados a los defensas, que se quedaron parados en un córner y permitieron que Origi, en una jugada inexplicable, anotase libre de marca.
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