El entrenador de la Juventus, Andrea Pirlo, confesó que tiró de Álvaro Morata como revulsivo a pesar de que el delantero español estaba “al límite” por una gripe, en un choque cuesta arriba ante el Porto, por la ida de los octavos de final de la Champions League, que lograron maquillar (2-1), para no ir con tanta desventaja para el duelo de vuelta en Turín.
“Morata no estaba en su mejor momento, aún no se ha recuperado del todo de la gripe, al final del partido tuvo que tumbarse en el vestuario por un desmayo, pero no estaba bien ni siquiera antes del partido, estaba al límite”, dijo en declaraciones a Sky Sports.
Pirlo dejó a Morata en el banquillo, pero lo hizo ingresar al campo en la última media hora cuando la ‘Juve’ perdía 0-2 y no lograba crear peligros a la portería rival, a la espera de que uno de los mejores de la plantilla pueda lograrlo.
Finalmente, un gol de Federico Chiesa a diez minutos del final matizó una prestación gravemente insuficiente en la ciudad de Oporto.
El técnico italiano expresó así la situación compleja que vivió en el estadio Do Dragao, con las bajas también de Dybala o Cuadrado, para reaccionar a los goles en el inicio de cada parte del Porto.
“No era el comienzo que queríamos hacer. Sabíamos que eran muy buenos cerrando atrás y después del gol fue más difícil”, confesó.
“Jugamos el partido como querían, es una pena, porque podría haber sido mejor. Lo habíamos preparado para la profundidad de ataque pero, si tocas el balón demasiadas veces, la cosa se complica. No fuimos listos, el movimiento del balón era demasiado lento”, añadió, satisfecho al menos del 2-1 que sacó Chiesa en el minuto 82 de cara a la vuelta en Turín.
Recibe nuestro boletín de noticias: te enviaremos el mejor contenido deportivo, como siempre lo hace Depor.
Contenido GEC