Se terminó la lámpara de los milagros del Real Madrid en Europa. Se acabaron las remontadas, las proezas y la emoción. La engulló una máquina de hacer fútbol, una trituradora de rivales llamada Manchester City, que destrozó al equipo blanco en la mejor noche en su historia en la Liga de Campeones (4-0).
Dos goles de Bernardo Silva, uno de Éder Militao en propia puerta, otro de Julián Álvarez y, sobre todo, un torrente de juego en la primera parte borró al conjunto de Carlo Ancelotti del mapa. Siempre tarde, siempre peor, el equipo madridista adoleció de un mejor esquema, de muchos minutos de fútbol y del hambre que esta vez sí tuvo un City que nunca verá la ansiada ‘Champions’ tan cerca como esta vez.
Quizás nunca se había visto tan desdibujado al Real Madrid en su escenario preferido. Desaparecido, derrotado, sin concentración, detrás de una pelota que solo le era esquiva y que tenía que dar gracias que no acabara en la red jugada tras jugada. El Real Madrid, el equipo al que nunca hay que dar por muerto, esta vez salió sin vida al Etihad.
Maniatado por un City que dio una de las exhibiciones más brillantes que se recuerdan en una primera parte. Las ocasiones, que llegaron una tras otra, eran el reflejo de un dominio insultante ante el rey de esto. Solo dos palmeos imposibles de Courtois, a dos cabezazos a bocajarro de Haaland, evitaron la sangría en los primeros veinte minutos. El Real Madrid se sostuvo de pie, pero fue solo un engaño. Aguantó un evite para caer por repetición y de forma merecida.
De Bruyne filtró un magnífico pase para Bernardo y este definió con fiereza, derribando el muro de Courtois, que ya había agotado los milagros y que tampoco pudo hacer nada cuando el propio Bernardo cabeceó un balón que flotaba en el área. Lo acomodó a una escuadra con una delicadeza insólita para este deporte, más propia del que hace una bandeja en baloncesto o una dejada en tenis, y desvaneció el ánimo madridista, que pudo dar por bueno el 2-0 al descanso. Ese era el nivel.
El descanso cortocircuitó el ritmo de los locales y permitió aflorar el coraje del equipo blanco, que, acostumbrado a las proezas europeas, confiaba en un chispazo que desencadenase otra catarsis.
Pudo ser una falta de Alaba, que tocó con los dedos Ederson, pudo ser alguna de las arrancadas a la desesperada de Rodrygo o de Vinícius, pero, sin constancia y sin fe, era imposible que esta vez se consumase el milagro.Solo Courtois, de nuevo, evitó que su equipo bajara definitivamente los brazos antes de tiempo y a 20 minutos para el final apagó el fuego de Haaland con un mano a mano en el que el balón rebotó en el cuerpo del belga y besó el larguero por arriba.
Al Real Madrid, que merecía estar en la lona desde hacía muchos minutos, le volvía a sonreír la suerte, pero era una mueca de sarcasmo, de superioridad. Como ese príncipe que mira al rey sabiendo que algún día caerá y será él el que se siente en el trono.
Cuando Militao, en un intento de despeje a una falta lateral, mandó el balón a su propia portería, el Real Madrid terminó de desplomarse, de rendirse ante el nuevo rey, ese que se coronará el próximo 10 de junio en Estambul si el Inter de Milán no obra un milagro casi a la altura del que tenía este miércoles el Real Madrid ante sí: derrotar al mejor equipo de fútbol del mundo, el equipo de Pep Guardiola.
El gol de Julián Álvarez en el último suspiro fue la puntilla a un Real Madrid que pocas veces, por no decir ninguna, estuvo tan superado en Europa. Ahora queda por ver si una plantilla que lo ha ganado todo y que en muchas posiciones está envejecida es capaz de levantarse de esta.
EFE.
El equipo dirigido por Carlo Ancelotti llega motivado al encuentro en la ciudad de Mánchester. Ganó su partido ante Getafe (1-0) por LaLiga, donde le dio descanso a varios de sus jugadores titulares. Además, a inicios de este mes consiguió la Copa del Rey tras derrotar por 2-1 a Osasuna en la gran final.
A pesar de que no la ha pasado muy bien en la liga española -que ya fue ganado por el FC Barcelona el último fin de semana-, el Real Madrid se transforma cada vez que juega la Champions, su competición favorita. No tuvo problemas para quitarse de encima al Liverpool y Chelsea en los octavos y cuartos de final, respectivamente.
El resultado en la ida fue un 1-1 con anotaciones de Vinícius Júnior y Kevin De Bruyne. Si bien Manchester City tiene una ligera ventaja por cerrar la llave en casa, no la tendrá nada fácil pues para batir al Rey de Europa tiene que matarlo varias veces en un mismo partido. En la previa parece una misión muy complicada, pero no existen imposibles para el conjunto ‘blanco’.
Cabe destacar que Ancelotti, hoy jefe del banco del Madrid, tiene 26 títulos en su exitosa carrera como entrenador, entre ellos figuras cuatro Champions League, dos con el AC Milan y dos con el equipo ‘blanco’. Es un ganador nato y sabe cómo jugar este tipo de partidos. Ha sacado la mejor versión de jóvenes como Vinícius, Valverde, Camavinga y Rodrygo.
Manchester City, por su parte, viene en un momento excelente a este partido crucial. Es el único equipo europeo que todavía compite por el anhelado triplete. Si derrota al Chelsea el domingo será campeón de la Premier League. Además, es finalista de la FA Cup y está a un paso de clasificar por segunda vez a la final de la Champions League.
Es importante resaltar que Pep Guardiola domina a Ancelotti en los enfrenamientos directos. Se han enfrentado en nueve ocasiones y ha salido ganador cinco veces, mientras que su colega solo en dos. Por otro lado, entre el City y el Madrid se han producido tres encuentros a falta del miércoles, con un saldo de un triunfo para cada entrenador y un empate. Hay mucha expectativa por el compromiso de mañana. Atento a los pronósticos del Manchester City vs. Real Madrid.
Real Madrid: Courtois; Carvajal, Militao, Rudiger, Alaba; Camavinga, Kroos, Modric; Rodrygo, Vinicius, Benzema.
Manchester City: Ederson; Walker, Días, Stones, Akanji; Rodri, Kevn de Bruyne, Gundogan; Bernardo Silva, Grealish, Haaland.
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