El Manchester City vs Liverpool ha dejado una de las faltas más terribles en lo que va de la Champions League. El protagonista ha sido nada menos que Sadio Mané, jugador ya conocido por haber desfigurado la cara de Ederson Moraes el año pasado.
Y es que en una disputa de balón con Nicolás Otamendi, el atacante senegalés dejó un rodillazo que provocó incluso el desespero de Pep Guardiola. Al final, el crack del Liverpool solo terminó con una tarjeta amarilla encima.