Miércoles 25 de mayo de 2002. Se jugaba el minuto 45 del primer tiempo. La jugada la inició el argentino Santiago Solari. El ‘Indiecito’ puso un pase en profundidad a Roberto Carlos por la banda izquierda. El lateral brasileño envió un centro bombeado a la frontal del área. Allí apareció Zinedine Zidane, quien ejecutó una fantástica volea que entró limpiamente en la portería de Joerg Butt, arquero del Bayer Leverkusen. Fue una anotación perfecta e inigualable.
El volante francés fue el autor del gol que ha generado más belleza y trascendencia en la historia de la Champions League. En Glasgow, en la final de 2002 que enfrentó a Real Madrid con el equipo de las ‘aspirinas’, ‘Zizou’, o ‘Harry Potter’ en la voz inolvidable de Luis Omar Tapia, deshizo en los descuentos el 1-1 que reinaba en el marcador tras una empalmada imposible. Un gol que, al final, le daría al equipo merengue su noveno título en esta competición y el tercero en los últimos cinco años (antes lo había ganado en 1998 y 2000).
No solo Zidane protagonizó dicha final con ese gol. También fue la noche de Iker Casillas, que en los minutos finales, salvó al Madrid con atajadas espectaculares. El ‘1’, en ese entonces con 20 años, arrancó el partido en el banco de suplentes. El titular era el experimentado César Sánchez, quien tuvo la mala fortuna de lesionarse y así permitir el ingreso de Iker. Casillas acabó el partido entre lágrimas.
Reconocimiento también para Vicente del Bosque. El ‘Bigotón’ supo manejar un plantel con muchas estrellas. Además de ‘Zizou’, figuraban Raúl, el portugués Luis Figo y el capitán Fernando Hierro. Así, Real Madrid consiguió la ‘Novena’. No volvería a levantar la ‘Orejona’ hasta 2014.
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