El análisis del México vs. Uruguay, por Juan Cominges

Juan Cominges, jugador de Cienciano, hizo su evaluación del triunfo azteca en la Copa América Centenario en 5 puntos.
El análisis del México vs. Uruguay, por Juan Cominges. (AP)

Juan Cominges, jugador de Cienciano, hizo su evaluación del triunfo de México por 3-1 sobre Uruguay en la Copa América Centenario.

1. Estilo.

El estilo es mucho más que la forma, es la manera de ser de un equipo. Quien tiene un modo de ser, entonces, se distingue y puede "marca la diferencia". En cambio, cuando se pierde el estilo se pierde todo…

En ese sentido, ambos equipos compitieron bien, respetando cada uno su plan. México, empezando un proceso con Juan Carlos Osorio, propone un juego de posesión a través de la buena técnica para el pase, la inteligencia para ocupar o no los espacios en los momentos necesarios, la amplitud de sus extremos y la paciencia para encontrar la jugada.

Mientras Uruguay es fiel a su historia que tan buenos resultados le ha dado (es el máximo ganador de este torneo). Es más directo, no le incomoda no tener la pelota y tampoco correr atrás de ella. Es competitivo incluso con 10. Es Uruguay.

2. El pase.

El pase no es un adorno. Es más bien algo necesario para poder jugar bien, para conectarse entre sí, finalmente para jugar.

En ese sentido, México utilizó mucho y muy bien el ancho de la cancha, sobre todo en su primera línea defensiva ante la presión en soledad de Cavani y en su última línea con la amplitud, inteligencia y paciencia de sus extremos.

Con Rafael Márquez como líder de su equipo y sobre todo de la idea futbolística; con controles de mucha calidad, con una pausa llena de astucia para lograr dos cosas, el cansancio del que viene corriendo a presionar y no se va a llevar nada y el desmarque de sus compañeros a los que hace jugar repartiendo todo tipo de pases, cortos, largos, rápidos y filtrados. Ordenando todo a través de la pelota y señalando el juego y el camino a los demás.

Con este concepto México desbarató a Uruguay: le manejó el ritmo, la pelota, tuvo paciencia para ir por un lado y terminar en el otro, le generó situaciones a través de centros y con las diagonales de Chicharito ante una defensa uruguaya más abierta que de costumbre debido a los extremos mexicanos.

3. Liderazgo.

No sólo Rafael Marquez fue fiel representante de la idea de su entrenador. También lo hizo Diego Godín en los momentos más duros de Uruguay, que empieza el segundo tiempo con 10 hombres y que después de no encontrar la pelota en el primer tiempo, adelanta su linea defensiva.

Esta, sin duda, es una situación no muy conveniente para el jugador por sus características, sin embargo, ahí estuvo robando un balón en mitad de campo y empujando a su equipo hacia una situación de gol. Gol que llega con su propio sello, guapeando en área rival.

4. Los Extremos.

Un extremo y un carrilero no son lo mismo. Conceptualmente, el carrilero se utiliza bajo una idea más bien conservadora, recorre muchos metros, persigue y se preocupa por el ataque del lateral. Está olvidado en el costado del campo. Por otro lado, el extremo genera espacios por dentro sin tocarla, siempre recibe solo y con ventaja (claro esta después de una secuencia de pases), diferencia en qué momento tirar una diagonal hacia el gol y en qué momento libera el espacio para la pasada del lateral.

Hoy los extremos de México fueron muchas veces, sin participar, artífices de que su equipo juegue bien, domine el partido y se beneficie con situaciones más favorables en ataque. Incluso respondieron cuando el equipo necesitó armar un bloque defensivo: no rehuyeron al sacrificio de correr hacia atrás.

Creo que la inteligencia del entrenador y de estos jugadores hizo una diferencia en el trámite del juego.

5. El Premio.

El fútbol es fascinante porque es un juego donde el peor le puede ganar al mejor y donde muchas veces no se tiene lo que se merece.

En este partido, México obtiene recién en los minutos finales lo que buscó desde el inicio. Cuando se apuró en ir al arco contrario no permitía que sus defensores achiquen espacios y controlen a los letales contra golpeadores uruguayos. Felizmente para ellos esas contras no llevaron mayor peligro.

Cuando México respetó su estilo (que lo hizo en gran parte del juego) siguió dominando a Uruguay y poco a poco las ganas, la voluntad y los balones largos a Cavani fueron muy bien controlados.

El tercer gol es un claro ejemplo de lo que busca esta selección de México. Tiene un balón parado y decide jugar corto, desde adelante hacia muy atrás, de izquierda a derecha y de derecha izquierda, con pases cortos y largos, extremos bien abiertos y se genera el gol que liquida el partido.

Un lindo gol por la jugada y porque refleja lo que busco México durante el partido. Algunos dirán que se defendió con la pelota, otros que así se gestan los goles. Yo digo que en un partido se ataca y se defiende, pero siempre con el balón.

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