Algunos aficionados albicelestes ya se sienten campeones. Otros, prefieren ser más cautelosos. No quieren adelantarse a la victoria sin jugar los dos partidos restantes. No obstante, Argentina es el claro favorito para ganar la Copa América Centenario. Sin Brasil ni Uruguay, la obligación y la presión es cada vez mayor.
Y se podría comentar que las razones de esta presión tienen que ver con el pasado del fútbol argentino. Para la prensa y los aficionados, 23 años sin que su selección levante un trofeo es el principal argumento que justifica la ansiedad que se vive. Sin embargo, pensando a futuro, existen otros factores que podrían incrementar la preocupación de una eliminación. Lo que probablemente suceda en caso, nuevamente, Argentina se quede sin campeonar.
En estas cuatro victorias de la selección argentina, poco o nada se ha opinado sobre la influencia del técnico Gerardo Martino en el equipo. En la victoria difícil que se hable de un entrenador. Queda relegado por las brillantes actuaciones de Messi o la efectividad de sus delanteros, como sucedió ante Venezuela. A lo lejos, se escucharon algunas críticas. No saber definirlo ante Panamá (hasta que entró Messi). O las fallas en defensa en el primer tiempo ante Venezuela, donde Romero terminó siendo figura.
¿Considera que es un fracaso no campeonar tampoco esta Copa América? Será la pregunta fija, inevitable en una conferencia de prensa hacia un técnico derrotado. Vendrán las dudas y el recuerdo de la final en Santiago o las dos primeras fechas de eliminatorias, en donde Argentina cayó ante Ecuador en el Estadio Monumental y empató sin goles en un aburrido partido contra Paraguay. La continuidad del técnico será el tema número uno en cualquier debate.
Comentó un periodista argentino que previo al Argentina Bélgica del Mundial 2014, Mascherano juntó a sus compañeros para arengarlos y hablarles sobre su hartazgo de quedar siempre eliminados en cuartos de final. Quedaba el trauma de la Copa del Mundo 2006, 2010 y la Copa América del 2011, donde fueron los anfitriones y cayeron por penales ante Uruguay.
De ganarle a Estados Unidos, será inevitable el recuerdo de las dos últimas finales perdidas en 2014 y 2015. El golpe psicológico de nuevamente quedar a un paso de romper la mala racha de años sin trofeos será muy duro. Si bien difícilmente afecte el rendimiento en eliminatorias, en los torneos de selecciones que se vienen, Rusia 2018 y la Copa América Brasil 2019 la presión de los años sin campeonar será mucho mayor. Aparecería una nueva generación de grandes jugadores sin títulos con su país.
El que más quiere esta copa es Lionel Messi. Ganar por fin un trofeo con su país. Quitarse el peso de encima. Sacar por fin la foto que todos sus hinchas quieren. La que, tal vez, lo acercaría un poco al Maradona de 1986.
Al escuchar cada elogio y campeonato ganado por la 'Pulga' con el Barcelona, el fanático argentino quedará con la pregunta de por qué no pudo hacer lo mismo con la selección. Si lo pierde otra vez Argentina, el 'mito' Maradona será cada vez más grande. Los halagos se convertirán en críticas y, probablemente, otra vez se cuestionará el rendimiento y el talento del número 10.
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